El 21 de febrero de 1978 se descubrió en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México la pieza escultórica emblemática de la cultura mexica, la Coyolxauhqui.
La deidad, relacionada con la luna, es una de las pocas esculturas tenochcas que muestran la desnudez femenina.
Cuatro años después del histórico descubrimiento, la Casa de Moneda de México acuñó la moneda de 50 pesos que pertenece a la familia AA, con la imagen de la Coyolxauhqui.
En 1982 se acuñaron 222 millones de estas monedas, en 1983 fueron 45 millones, y en 1983 fue su última acuñación con un total de 75 millones de piezas.
Por su abundancia, se trata de una de las monedas conocidas como “del kilo”, ya que su valor numismático oscila entre 40 y 60 pesos, de acuerdo con el catálogo World Coins Info.
Sin embargo, en 1983 se acuñaron 1,051 monedas con acabado proof, o espejo, que son las más buscadas por los coleccionistas, las cuales tienen un valor de unos 55 dólares, alrededor de 1,100 pesos al tipo de cambio actual.
En sitios de comercio electrónico, la moneda de 1983 con acabado espejo llega a ofrecerse hasta en 149 mil pesos.
Los precios más bajos que EL UNIVERSAL PUEBLA encontró en sitios de comercio electrónico fueron de 45 pesos.
En su parte frontal, la moneda presenta al centro el Escudo Nacional en relieve escultórico, con la leyenda Estados Unidos Mexicanos en semicírculo en la parte superior.
En su reverso presenta un grabado de la diosa azteca de la luna, Coyolxauhqui, con el símbolo $ y la denominación 50 del lado derecho.
Debajo de la denominación aparece el año de acuñación y el símbolo de la Casa de Moneda.
En semicírculo del lado izquierdo se lee las inscripciones Coyolxauhqui y Tempo Mayor de México.
Remata el anverso una gráfica en forma de greca que remata verticalmente en la parte superior e inferior.
Su forma es redonda, su diámetro es de 3.5 centímetros y su peso de 19.8 gramos.
Está fabricada en cuproníquel, con cacto estriado.
Esta moneda está desmonetizada desde 1992 por pertenecer a la unidad monetaria de los viejos pesos y su valor actual equivaldría a 5 centavos.
El monolito se encuentra en el Templo Mayor de la Ciudad de México, a un costado de Palacio Nacional y de la Catedral Metropolitana.
La diosa aparece desnuda y desmembrada, porque aludía a una de las últimas etapas de la derrota de los enemigos, que consistía en despojarlos de sus ropas.
Según el mito, Coyolxauhqui era la dirigente del grupo Huitznahua, uno de los barrios que salieron de Aztlan, quienes al llegar al cerro Coatepec se enfrentan a Huizilopochtli, su hermano, quien los derrota y a ella la decapita y arroja, quedando desmembrada al pie del monte.
De casi 8 toneladas y 3.25 metros de diámetro, la pieza prehispánica ya era mencionada en las crónicas de Diego Durán, Tezozómoc y fray Bernardino de Sahagún, como parte del panteón mexica.
Fue hasta la década de los años 70 cuando se descubrió la más grande de las seis esculturas de la deidad que hasta el momento se han hallado.
El descubrimiento lo realizó de manera accidental una cuadrilla de la Compañía de Luz y Fuerza que laboraba a más de dos metros de profundidad en la esquina de las calles de Guatemala y Argentina.
La escultura estaba cubierta por arenilla y un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la desenterró luego de permanecer en el subsuelo por 500 años.
Este hallazgo detonó el Proyecto Templo Mayor, encabezado por el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, a partir del cual surgieron nuevos descubrimientos de representaciones de la diosa lunar.