El empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego manifestó su respaldo al uso del bitcoin y afirmó que Banco Azteca, la institución bancaria que dirige, está trabajando para aceptar la criptomoneda.
“Bitcoin es el nuevo oro, pero mucho más portable, transportar bitcoin es mucho más fácil que tener barras de oro”, señaló en inglés el empresario a través de su cuenta de Twitter.
“Claro, recomiendo el uso de bitcoin, y mi banco y yo estamos trabajando para ser el primer banco en México en aceptar bitcoin", publicó el empresario.
Los comentarios del propietario de TV Azteca fueron vertidos en reacción a una publicación de Michael Saylor, fundador de Microstrategy, que retomó una entrevista en la que el mexicano habla sobre las virtudes de la criptomoneda.
En el video citado por Saylor, Salinas afirmaba que la criptomoneda debería estar en todos los portafolios de inversión y criticó las devaluaciones de las monedas de curso legal como el peso o el dólar, al calificarlas como “fraude” y “apestosas”.
Salinas Pliego está considerado como el tercer hombre más rico de México con una fortuna aproximada de 15 mil 800 millones de dólares de acuerdo con Bloomberg.
Bitcoin es una moneda criptográfica descentralizada a prueba de fraudes gracias a que utiliza la tecnología denominada blockchain, que es una base de datos auditada permanentemente por una red mundial de computadoras.
Fue desarrollado en 2009 por Satoshi Nakamoto, una entidad anónima de la que no se conoce más que el "White Paper" o documento fundacional en el que se definen los parámetros técnicos de la moneda digital.
A través de esta tecnología, las computadoras de la red bitcoin, que también son denominadas mineras, verifican que todas las transacciones coincidan con la información pública de su base de datos.
En México, el bitcoin puede adquirirse a través de intermediarios denominados “exchange”, o casas de cambio, que forman parte del sistema financiero y son reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Bitcoin es considerado una moneda no inflacionaria gracias a que en su código está definida una oferta máxima de 21 millones de unidades, a diferencia de las monedas de curso legal, cuya emisión se define por los bancos centrales y su capacidad infinita de circulación determina su suceptibilidad al fenómeno inflacionario.