Las monedas de 10 pesos que conocemos y usamos todos los días están fabricadas con cuatro materiales: cobre, níquel, zinc y aluminio.
Pero alguna vez, hace ya varios años, las monedas de dicha denominación fueron fabricadas con plata.
En 1993, las monedas de 10 Nuevos Pesos fueron acuñadas con un núcleo de plata sterling (ley 0.925) y un anillo perimétrico de bronce-aluminio.
El diseño de estas piezas se mantiene: en la parte central con la Piedra del Sol que representa a Tonatiuh con la máscara de fuego. En el anillo perimétrico, el símbolo "N$10", año de acuñación, símbolo de la Casa de Moneda de México "M°" y la leyenda "DIEZ PESOS".
Dicha pieza fue la única moneda de Nuevos Pesos que se fabricó con plata; el resto de las denominaciones (N$1, N$2 y N$5 ) fueron acuñadas con un núcleo de bronce-aluminio y un anillo perimétrico de acero inoxidable.
Actualmente, las monedas de 10 pesos tienen la siguiente composición, de acuerdo a lo que detalla el Banco de México (Banxico) en su sitio web:
Esta composición de metales es la misma para las monedas de ediciones conmemorativas, como la del 150 aniversario de la Batalla de Puebla.
Los Nuevos Pesos se emitieron en 1993, después de que México retiró tres decimales a la moneda tras el periodo hiperinflacionario que se vivió en las décadas de 1970 y 1980.
El 22 de junio de 1992, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari decretó la sustitución de los billetes y monedas del Banco de México (Banxico) por el Nuevo Peso, que se convirtió en la moneda de curso legal a partir del 1 de enero de 1993.
Todos los billetes y monedas que comenzaron a circular contenían la expresión "Nuevos Pesos" o el símbolo "N$".
Los Nuevos Pesos incorporaron por primera vez en México las monedas bimetálicas, que en el mundo ya se utilizaban como en el caso del Euro; las monedas del país continúan utilizando esa característica hasta la actualidad.