¿Te gusta la adrenalina, eres intrépido y no le tienes miedo a las alturas?, tú puedes ser campanero de la torre de la Catedral de Puebla.
El santuario religioso cuenta con dos torres que miden 73.93 metros de altura; sin embargo, solo una tiene 19 campanas: la torre norte.
La Arquidiócesis de Puebla tuvo la iniciativa de formar un grupo denominado "el ministerio de los campaneros".
De acuerdo con el padre Héctor Mora, los interesados realizarían un apostolado, es decir, un servicio a la Catedral sin remuneración, sólo por amor a la iglesia.
Los campaneros tendrán que subir más de 300 escalones para que, a través de la campana principal, y las secundarias, se haga un llamado a misa a los feligreses los días domingos y en fechas especiales.
El Universal Puebla tuvo acceso a la torre norte, en su primer y segundo nivel donde se encuentran las esquilas y una matraca.
La última vez que se tocaron fue en el aniversario del Bicentenario de la Independencia, en septiembre del 2021.
Y para llamar a misa los domingos tenía más de un año que no se hacía.
El sacerdote explicó que debido al número de campanas, no es suficiente con un grupo mínimo de voluntarios para tocarlas, por lo que invitó a las personas a inscribirse en el proceso.
“Al menos se necesitan para tocar todas, unas 20 personas”, dijo.
Detalló que entre las condiciones para poder ser campanero, primero se debe contar con buena salud, una suficiente condición física y no tener vértigo.
Tan solo la campana principal, llamada María, que fue consagrada en el año de 1637, "pesa 18 mil 500 kilos" y se requieren de tres personas para tocarla, señaló el Padre.
Los aspirantes deben ser católicos y tener una edad de entre 18 y 40 años de edad, presentar la copia de la credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) y comprobante de domicilio en las oficinas de la Catedral de Puebla, en 5 Oriente número cuatro.
Informó que a la fecha ya cuentan con al menos 18 personas inscritas que desde el domingo 12 de junio comenzaron su servicio pero la convocatoria sigue abierta.
“El tocar las campanas no solamente un evento artístico, es eclesial, significa que el culto divino se sigue celebrando en el mundo, en la ciudad”, declaró el padre Héctor.