En el sexenio del gobernador Melquíades Morales Flores, los poblanos notaron un cambio importante en el transporte público, principalmente quienes todos los días realizaban su vida cotidiana a lo largo de la avenida 11 Norte-Sur.
En 1999 se puso en marcha el transporte Los Dorados, conocidos así porque eran las únicas unidades del transporte público que estaban pintadas de ese color, lo que hacía que se distinguieran del resto de combis y microbuses.
Para esta línea, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del estado, entonces encabezada por Arturo Achard, instaló paraderos a lo largo del camellón de la 11 Norte-Sur, los cuales estaban rotulados con letreros en color naranja.
A diferencia de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA), Los Dorados no contaban con un carril confinado, por lo que podían ir adelante o detrás de ellos los vehículos particulares.
La meta era contar con dos líneas de Los Dorados o Troncales, como también los conocía la gente, porque eran dos unidades que iban unidas y eso permitía que pudiera transportar a más pasajeros.
La primera línea y la única que funcionó, iba de Agua Santa al IMSS San José, es decir, que atravesaba toda la ciudad de Puebla de norte a sur, no se desviaba a otras avenidas y la mayoría de los usuarios descendía en las paradas del Paseo Bravo, donde podían tomar otras unidades del transporte público.
La gente que ocupaba estas unidades opinaba que eran buen servicio el que otorgaban, muy distinto a lo que ofrecían los choferes de otros camiones o microbuses.
Como ejemplo es que los usuarios abordaban las unidades por la derecha y sabían que tenían que descender por la izquierda; además, en la parte de atrás estaba una señorita que cobraba el pasaje a los usuarios, el cual tenía un costo de cinco pesos, a cambio les daba un boleto de papel.
Ese boleto debían conservarlo muy bien los usuarios porque la línea Los Dorados contaba con supervisores, quienes de manera aleatoria abordaban las unidades para supervisar que cada pasajero contara con el boleto, de lo contrario deberían de volver a pagar el pasaje o se les multaba a los choferes.
El recorrido horizontal permitía que los usuarios se trasladaran de norte a sur o viceversa en menor tiempo, pero por allá del 2006 autorizaron que Los Dorados entraran hasta la colonia Guadalupe Hidalgo, al sur de la ciudad de Puebla, lo que hacía que las unidades se demoraran.
Los usuarios entonces esperaban las unidades cada vez por más tiempo en los paraderos y para muchos esa situación provocó que, principalmente en las noches o muy temprano, fueran víctimas de los asaltantes.
Además, aún cuando Los Dorados otorgaban este servicio a lo largo de la 11 Norte-Sur, las autoridades de la SCT estatal no cambiaron los derroteros de unidades como Mayorazgo y Ruta 2000, entre otras, por lo cual representaban una competencia para este moderno sistema de transporte en Puebla.
Moderno es un decir, pues había voces que señalaban que las unidades no eran nuevas, sino que eran los viejos camiones de la Ruta 100 que corría en el entonces Distrito Federal y que al cumplir sus 10 años de servicio los mandaron a Puebla.
Como quiera que sea, la línea 1 de Los Dorados estuvo operando de 1999 hasta 2008 y con ello quedó solo en papel la intención de poner en marcha la línea 2, que correría de Angelópolis-Periférico Ecológico-Valsequillo, pues el recurso que se tenía destinado para ello se invirtió en la ampliación del Periférico Ecológico a fin de llegar hasta Tlaxcalancingo.
Atrás del Chedraui de Agua Santa, al sur de la ciudad, existe un corralón donde se resguardan los viejos camiones dorados, incluso muchos ya lucen desvalijados, a pesar de que todos los días ahí permanece una patrulla para vigilar el predio.
Fue en el 2012, en la administración del entonces gobernador Rafael Moreno Valle y quien fuera secretario de Finanzas en el sexenio de Melquiades Morales Flores, que el proyecto de Los Dorados se perfeccionó con la puesta en marcha de la RUTA o Metrobús como algunos lo conocen.