Los niños de Puebla de las décadas de los 80 y 90 seguramente tienen en su memoria los bellos momentos que disfrutaron montados, escalando o resbalando de alguna de las enormes figuras de animales que había en los parques de la ciudad.
Por años, la diversión al aire libre y sin costo fue de las más apreciadas, donde los adultos podían relajarse de la cotidianidad del trabajo y las labores del hogar, mientras los niños se divertían entre tortugas, hipopótamos y elefantes de piedra.
Uno de estos parques fue el Rafaela Padilla de Zaragoza, que en enero de 1980 fue inaugurado por el gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara y el entonces presidente de México, José López Portillo.
En la zona de Los Fuertes de Loreto y Guadalupe se puede encontrar este espacio, pero ya sin los grandes animales de cemento que lucían reposar entre el verde pasto, como esperando la llegada de los infantes.
Ahí también se podía disfrutar de un puente colgante, de las enormes figuras de animales de cemento, casitas de fibra de vidrio, sube y bajas y resbaladillas de metal, juegos que con el sol quemaban a los niños al momento de usarlos, pero siempre se las ingeniaban para jugar.
Los animales de piedra, que también eran figuras de elefantes, tortugas y hasta un dinosaurio, se mezclaban con un tobogán de concreto que era la diversión de los pequeños, aun cuando más de uno saliera raspado o volando con la ayuda de un cartón que ponían en la retaguardia para que resbalara más rápido.
Esas atracciones ya solo quedan en los recuerdos, pues cuando se llevó a cabo la remodelación de este parque, con motivo del 150 Aniversario de la Batalla del 5 de Mayo, se quitaron los animales de piedra, piezas de fibra de vidrio, casitas y enormes figuras que ya sufrían el deterioro, para dar paso a otro tipo de diversión como un pequeño espejo de agua, pequeñas islas de juegos infantiles de plástico, zona de asadores y espacios verdes en un área total de 7.2 hectáreas.
Algo similar ocurrió en el parque Benito Juárez que se ubica frente a Plaza Dorada, un espacio inaugurado el 21 de marzo de 1979, cuando el gobernador era Guillermo Jiménez Morales.
Este parque, ubicado en el Bulevar 5 de Mayo, de la 31 a la 43 Oriente, y que se distingue por una enorme figura de piedra del ex presidente de México, Benito Juárez García, fue diseñado por el arquitecto Víctor Manuel Terán Bonilla, quien le dio prioridad a las áreas verdes, pero incluyó figuras de animales realizadas con concreto o al menos eso parecía.
Porque en julio de 2018 cuando se hicieron los trabajos de remodelación de este espacio, se tuvo la intención de mover las 12 figuras de animales que ahí lucían, donde los niños se divertían subiéndose a las tortugas, elefantes, peces, hipopótamos y ballenas.
Sin embargo, los trabajadores se dieron cuenta de que eran piezas de arena que fueron cubiertas con cemento y al querer removerlas se hicieron pedazos y ya no pudieron rescatarlas.
Por ello, ya no pudieron volver a colocarlas en el parque Juárez, donde permanecieron por 39 años para el entretenimiento de los niños y las familias que ahí se reunían cada domingo o por las tardes después de hacer las labores.
En sustitución de los animales de piedra quedó un barco pirata de plástico que poco atrae a los niños.
Donde aún pueden recuperar los poblanos parte de esos recuerdos es en el parque de Los Remedios, que se ubica en la calle 6 Oriente y 20 Norte, del barrio de Los Remedios.
Ahí, en la explanada que da frente a la parroquia del barrio hay un elefante echado, un caracol y una tortuga con las patas arriba, todas piezas de piedra donde los niños se divierten.
Estas figuras han sido pintadas de colores de acuerdo con el partido político de cada administración municipal. También han sido vandalizados por quienes gustan del grafiti y han dañado el mobiliario.
Entre los vecinos tratan de cuidar que estas tres figuras de piedra se conserven y siga siendo la diversión de los niños de la zona.
