A pesar de que el Estadio Cuauhtémoc ha protagonizado rencillas entre barras y otros actos de riesgo, en los últimos seis años el trabajo legislativo para regularlos se ha quedado en llamados a la paz.

Así se observa en las modificaciones a la Ley Estatal al Deporte relacionadas con evitar la violencia en los eventos deportivos y las responsabilidades que tienen, tanto el Consejo Estatal del Deporte como los municipios.

En el primer caso, en 2016, 2019 y 2021, se modificaron las facultades del consejo previstas en el Artículo 12, al responsabilizarlo de la no violencia y la paz, aunque sin especificar actividades.

"Promover la cultura de la paz en el deporte y las medidas necesarias a fin de prevenir y erradicar la violencia; asimismo, implementar sanciones conforme a su competencia a quienes ejerzan violencia, sin perjuicio de las responsabilidades penales y civiles que resulten aplicables, y reducir los riesgos de afectación en la práctica de actividades físicas, recreativas o deportivas", indica el texto.

Por otro lado, en 2016 se modificó el Artículo 21, cuando se ampliaron las responsabilidades que tienen los ayuntamientos para el correcto desarrollo de las actividades deportivas en su territorio.

"Promover en el ámbito de su competencia, y establecer, en coordinación con las autoridades de Seguridad Pública y de Protección Civil competentes, así como con servicios de Seguridad Privada, los mecanismos y acciones encaminados a prevenir la violencia en eventos deportivos o de espectáculo, cuando por el número de asistentes así se requiera para garantizar la seguridad de las personas y de su patrimonio, el desarrollo pacífico en los recintos donde se celebren y de sus inmediaciones", menciona la ley.

Las modificaciones que no abordan en específico los problemas del futbol y las barras, surgieron a partir de hechos violentos que, aunque tuvieron menores consecuencias que los vistos este fin de semana en Querétaro, fueron significativos.

Entre ellos, destacan los daños que los aficionados de Monterrey dejaron en el Coloso de las Maravillas en enero de 2016, apenas unos meses después de que La Franja reinaugurara su casa.

Sin embargo, el Cuauhtémoc suma otros antecedentes, como la agresión a una aficionada en noviembre de 2018 por el uso de un cohetón o el enfrentamiento entre los mismos aficionados del mismo Puebla, ocurrido un año después.

El Artículo 32 de la misma ley prevé por otro lado que se podrán aplicar amonestaciones, suspensiones y cancelaciones a entes públicos y privados, aunque nuevamente no se hace una referencia específica a los problemas del fútbol.

A nivel de la capital, por otro lado el Código Reglamentario del Municipio de Puebla (Coremun) reconoce por otro lado las obligaciones de empresas deportivas para cumplir con requisitos de seguridad en los eventos y que deben coadyuvar con las campañas contra la violencia y el odio deportivo en los estadios.

Tras los hechos de Querétaro en el gobierno de Eduardo Rivera Pérez ya se planteó analizar la regularización de la venta de alcohol.

En cuanto a la seguridad de las barras en México hay también lineamientos de organismos relacionados con el futbol que han implicado que los equipos tomen medidas.

Por ejemplo, ya desde 1990, la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf), mediante la a Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut), pidió aumentar medidas de seguridad, con bardas de aluminio y malla para evitar infiltraciones y agresiones a los jugadores.

En tanto que en el 2007 la federación nacional prohibió el uso de trapos o carteles, pues su robo entre barras para demostrar superioridad se había observado como un elemento de conflicto.

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