Si hay una arteria significativa para el corazón de Puebla es el bulevar Héroes del 5 de Mayo, que esconde un río contaminado que un día permitió la fundación de la ciudad.

Hoy, la vialidad es una de las puertas de entrada al Centro Histórico y el escenario principal del tradicional Desfile conmemorativo de la Batalla del 5 de mayo.

Pero ¿cómo era la vida cuando existía el río y por qué tuvo que ser entubado?

Sobre el afluente hay centenas de menciones en documentos sobre la historia de Puebla, pero también un reciente trabajo de concientización de la Fundación Río San Francisco-Almoloya, que busca revivirlo.

Un grupo de urbanistas, medioambientalistas, abogados y aficionados a la historia han hecho un trabajo sobre el río San Francisco que existió antes del bulevar.

Sobre su origen han destacado que, cuando se fundó Puebla, el río dividió a la población, de tal manera que los habitantes procedentes de España quedaron en la zona del Centro Histórico y el resto de la población y la servidumbre vivió en los barrios del otro lado del afluente.

Según recuentos históricos, en el río existieron más de una decena de puentes para cruzar de Oriente a Poniente y uno de los más significativos se encontraba a la altura del Templo de Dolores.



El agua del río permitió el desarrollo de la ciudad, de la industria textil y de otros giros relacionados con el consumo.

Aunque por años se aprovecharon las aguas que descendían de La Malinche, no hubo planeación y el afluente comenzó a ser utilizado para descarga de desechos.

Así, en 1962, con motivo del primer centenario de la Batalla del 5 de Mayo se determinó entubarlo para crear una vialidad moderna que sirviera a las necesidades de la población y que diera una solución a la contaminación del río.

La obra se habría prolongado hasta 1975 y de acuerdo con algunos aficionados a la historia, se perdieron estructuras importantes para dar paso a la vialidad.

Activistas han dicho que un tema que no se consideró al entubar el río es que al pasar los años y hasta ahora, es una vialidad que suele registrar inundaciones severas, pues la lluvia busca su cauce natural.

Por ello, los activistas de la fundación han hecho un trabajo no sólo para documentar la historia del río, sino para plantear que en algún momento pueda recuperarse.

El afluente, han expuesto, podría recuperarse con tecnología de limpieza hídrica, correr a la par de la línea de Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) que actualmente atraviesa el bulevar, así como abrir nuevos espacios recreativos para los turistas y poblanos.

Aunque parecería una idea extrema, advierten que esto ya ha pasado en otras partes del mundo, como por ejemplo en Madrid.

Ahí se construyó en algún momento la carretera M30 que implicó que se cubriera parte del Río Manzanares, pero la presión del activismo permitió recuperar el afluente en su estado natural.

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