Uno de los sitios más históricos de Puebla es la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, pues aquí se libró la Batalla del 5 de mayo de 1862, entre el ejército mexicano y francés. Sin embargo, no solo es un sitio emblemático sino que también esconde misteriosos secretos debajo de su estructura.
Los Fuertes de Loreto y Guadalupe han tenido varios nombres a lo largo de la historia. De acuerdo con la Revista Cuetlaxcoapan No. 26, antes de ser la fortaleza que conocemos hoy en día, durante la traza de la ciudad de Puebla, este cerro fue conocido como Acueyametepec, cuyo significado es “cerro cubierto de magueyes y donde abundan ranas".
A parte de ser un paraje natural, tenía un manantial donde todos los que viajaban rumbo a Tlaxcala, saciaban su sed y continuaban con el viaje.
Después de varios sucesos que algunos consideraron “milagrosos”, recibió el nombre de cerro de la Ermita, después de San Cristóbal, luego cerro de Belén y por último, fue llamado cerro de Loreto y Guadalupe, debido a la construcción de dos templos en sus cimas dedicados a la Virgen María.
Según el INAH, con el inicio del movimiento de la independencia, en 1815, el comandante Manuel Varela y Ulloa propuso convertir la antigua capilla de Loreto en fortaleza militar, para defender la ciudad de las fuerzas insurgentes. Así comenzó la contracción del fuerte, el cual debía estar rodeado por cuatro muros, de dos metros de altura y con pequeños bastiones semicirculares.
A partir de 1833 el fuerte de Loreto empezó a ser objeto de una gran actividad militar, durante dos años seguidos Antonio López de Santa Anna sitió la ciudad y la milicia cívica la defendió desde el fuerte. Más tarde, en 1847, las fuerzas invasoras norteamericanas ocuparon la fortaleza, estableciendo allí un destacamento militar hasta junio de 1848, cuando se retiraron.
Los Fuertes de Loreto y de Guadalupe, jugaron un papel importante durante la invasión francesa, de acuerdo con datos históricos, el 3 de mayo de 1862 el General Ignacio Zaragoza envió a sus tropas a cavar fosas, trincheras y a reforzar los Fuertes de Loreto y Guadalupe, desde el templo de Los Remedios.
Al amanecer del 5 de mayo, a pesar de que el ejército mexicano tenía menos municiones, logró derrotar al ejército francés.
La fase militar del Fuerte de Loreto concluyó en 1930. Posteriormente, se transformó en el Museo de Historia Guerrera de la Ciudad de Puebla en 1936 y actualmente alberga el Museo de la No Intervención “Fuerte de Loreto”.
En la actualidad el Fuerte de Loreto tiene una extensión de mil quinientos metros cuadrados y está conformado por un edificio dividido en tres partes: la capilla, la casa del capellán y el cuartel militar. El Fuerte de Loreto a su vez está rodeado por un foso que lo circunda totalmente.
Una de las leyendas más populares de Puebla asegura que debajo hay túneles secretos que atraviesan toda la ciudad.
Aunque para muchos era un mito, en 2014, gracias a la renovación de las tuberías de la ciudad, encontraron un túnel que asciende desde el Barrio de Xanenetla, hasta las inmediaciones del Fuerte de Loreto y Guadalupe. Así es, el Pasaje Histórico 5 de Mayo es un túnel que tiene una antigüedad aproximada de tres siglos y medio, cuenta con una distancia de 477 metros.
Si bien aún se desconoce el motivo de su construcción, algunos expertos aseguran que uno de sus posibles usos fue como estrategia de combate para la defensa de la ciudad de Puebla en la Batalla del 5 de Mayo en 1862, pues se dice que durante la ocupación, una forma de vencer al enemigo, fue trasladarse rápidamente por estos túneles sin que fueran vistos.
Además, tras el hallazgo de la primera puerta a los túneles, se encontraron en el suelo balas y ballestas de madera, lo que refuerza la leyenda de que este espacio fue utilizado con fines estratégicos y militares.