Uno de los sitios más emblemáticos de Puebla es el templo de San Francisco de Asís. De acuerdo con historiadores, este lugar fue el primer convento de la ciudad, siendo Fray Toribio de Benavente quien colocó la primera piedra en 1535; sin embargo, terminó de edificarse hasta 1767, ya que en varias ocasiones la construcción se detenía por falta de fondos.
Con el paso del tiempo el interior del templo fue modificado en el siglo XVIII, al igual que otras iglesias poblanas.
¿Qué esconde la fachada del templo de San Francisco?
La fachada principal, construida en el siglo XVIII, conjuga la cantería en esculturas y relieves, el petatillo y los tableros de Talavera, siendo una de las más representativas manifestaciones del barroco poblano.
Siguiendo los modelos de la época, se combinaron tableros de loza blanca vidriada, conocida en nuestros días como Talavera poblana, con ladrillo rojo.
Cada uno de ellos presenta jarrones con ramos de flores polícromas, ramas y hojas, como símbolo de la Inmaculada Concepción, protectora de la diócesis de Puebla.
Cuenta con 14 recuadros elaborados con azulejos, siete a cada uno de los costados de la puerta principal.
Algunos de los santos que puedes apreciar en su fachada son:
- San Antonio de Padua
- Santo Domingo
- San Francisco
- La Virgen Conquistadora
- San Juan Bautista
- San Pablo
- San Pedro
- San Cristóbal
- Santa mártir, probablemente Santa Catalina
- San Joaquín
- San José
- Santa Ana
- San Miguel Arcángel
¿Qué hay en el interior del templo de San Francisco?
El Ex Convento de San Francisco se ubica en el Bulevar Héroes del 5 de Mayo justo en la Plaza Trinitaria, en la parte de atrás del Paseo San Francisco.
Actualmente, está abierto al público para que puedas conocer más sobre su historia y los espacios que fueron utilizados por la orden franciscana.
Uno de los sitios más visitados es la habitación del beato Sebastián de Aparicio, considerado el patrón de los caminos por ser uno de los primeros misioneros en la nueva España.