No son lo mismo. Un levantón y un secuestro son diferentes.
Aunque en ambos existe la privación de la libertad, no es para el mismo fin.
Los levantones se cometen, generalmente, entre integrantes de grupos criminales. Este delito se efectúa por venganza o para ajustar cuentas.
Además, en los levantones no hay una negociación económica a cambio de la libertad.
Las personas que los sufren son torturadas y en muchas ocasiones asesinadas.
En meses recientes el término se ha popularizado porque algunas mujeres han sido víctimas de la privación ilegal de su libertad pero la forma exprés en que ocurren los hechos y el contexto de violencia de género ha propiciado referirse a los casos como "levantones".
Incluso autoridades municipales han reconocido intentos de levantones en agravio de mujeres, mayoritariamente jóvenes.
El secuestro se comete en agravio de cualquier ciudadano.
En este caso, los delincuentes sí exigen cierta cantidad económica a cambio de la libertad.
Las víctimas permanecen generalmente al interior de una casa de seguridad.
Los responsables tratan de sacarle el mayor provecho a esta acción para que los familiares de los agraviados les den las cantidades que exigen.
Una vez que consiguen su cometido, sueltan a las víctimas, aunque en ocasiones también las privan de la vida.
Cuando ocurren, las autoridades toman conocimiento e inician las investigaciones como un caso de privación de la libertad.
Sin embargo, al momento de esclarecerlos determinan si se trató de un secuestro o de un levantón.