La ciudad de Puebla, México, fue fundada en 1531, es una de las más bellas y antiguas de México. Las pintorescas calles, con sus templos y edificios civiles, puertas talladas y regios campanarios, mantienen vivo el encanto de otras épocas.
En Puebla existen varias fachadas con balcones que datan de los XVII y XVIII, y son elementos únicos que caracterizan a la ciudad.
De acuerdo con el arquitecto José Blas Ocejo en su libro titulado “Los Balcones Esquinados”, durante el siglo XVII las casonas de Puebla comenzaron a engalanarse con la construcción de balcones de hierro forjado, los cuales son únicos y originales debido a que la herrería da vuelta continua en la esquina de los edificios.
En estos balcones, las familias ostentaron poder y observaban desde arriba la rutina y la cotidianidad de la Puebla de antaño.
Contando a Puebla, hay cinco ciudades hispanas con un patrimonio notable de Balcones Esquinados: Antigua, Jaén, Trujillo y Sevilla completan la lista.
Cada región les imprimió su sello. En el caso de la Angelópolis, comenzó con la influencia del afamado Pedro López Florín quien participó en la construcción de la Catedral.
Existen tres tipos de balcones: el primero de ellos que expande el marco del segundo nivel, colocando en el vértice una columna con la ventanilla esquinada y una esquina sencilla de remate.
El segundo conserva la ventanearía esquinada gracias al adosamiento de las puertas a la columna. El tercer tipo añade una cornisa muy decorada.
De acuerdo con registros diversos, en la Angelópolis había al menos 20 balcones con estas características, hoy se mantiene existentes apenas nueve.
Estos balcones se pueden observar en las avenidas Juan de Palafox y Mendoza y 4 Norte, o en la 3 Oriente y 4 Sur.
Por la ubicación, los estudiosos de estos elementos arquitectónicos coinciden en señalar que debieron ser acaudalados los dueños de las casonas.
Para algunos podrían ser solo espacios habitables, pero para otros representaron prestigio.
Lo que se sabe es que contar con un balcón de este tipo significó dejar atrás al patio interior como eje rector de una casona.