Uno de los barrios más antiguos de Puebla es el de San Antonio, que al igual que el de Analco y el Alto son considerados fundacionales de la ciudad de Puebla.
Este barrio se localiza en la 3 Norte y Avenida 5 de mayo, y 18 Poniente y Boulevard 5 de Mayo.
En 1555 fungió como asentamiento de indígenas provenientes de La Malinche, quienes al principio no eran aceptados dentro de la traza principal de la ciudad.
De acuerdo con varios registros históricos, este barrio recibió este nombre en honor a San Antonio de Padua.
Ya en el siglo XVIII, en el Barrio de San Antonio habitaban indígenas, pero también mestizos y españoles que practicaban diversos oficios y artes nobles como la talla y el dorado de madera.
Una de las joyas arquitectónicas más importantes de este barrio fue el Arco de San Antonio, el portal de acceso a un antiguo cementerio que los frailes franciscanos de San Antonio habían establecido en lo que fue la huerta de su convento.
Sin embargo, esta obra del maestro José Manzo Jaramillo fue destruida en 1959, con el pretexto de desahogar el tráfico" de la zona y "permitir el crecimiento de la Ciudad”.
De acuerdo con el historiador David Ramírez Huitrón, fundador del sitio Puebla Antigua, este arco de estilo neoclásico fue construido en 1854 después de que en 1849 se edificara el panteón de San Antonio.
Ramírez Huitrón señala que el arco poseía una escultura de Jesucristo, resucitado, sentado sobre el sepulcro y con la cruz en su regazo. Dicha escultura desapareció con el tiempo, quedando sólo el remate desierto.
Asimismo, en el remate tenía inscrito un texto en latín del poeta Horacio: "Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernas regumque turres", que significa: "La pálida muerte hiere con pie igual las chozas de los pobres y los palacios de los reyes”.
En el libro “Las calles de Puebla” de Hugo Leicht, señala que en 1880, después de las Leyes de Reforma se prohíbe la inhumación en templos y panteones, el cementerio de San Antonio y otros más fueron clausurados de la Ciudad, ante la apertura del Panteón Municipal.
Pese a que el panteón dejó de funcionar en aquel entonces, la portada se conservó como monumento, construyéndose una rotonda a su alrededor.
No obstante, en la primera mitad del siglo XX la zona era conocida como "la Zona Roja" y al arco empezaron a llamarle "monumento al Padrote”.
Tiempo después en 1959, el Ayuntamiento de Puebla decidió derribar la portada del panteón con el pretexto de "desahogar el tráfico" de la zona y "permitir el crecimiento de la Ciudad”.
Sin embargo, el historiador señala que esta fue una campaña que se emprendió para clausurar y desmantelar la zona Roja del Barrio de San Antonio, ordenando el cierre de centros nocturnos, tabernas y prostíbulos.
Y así fue como desapareció una joya arquitectónica, artística y cultural de Puebla.
