La presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, afirmó que su gobierno no se dejó ante los embates de la clase política y los enfrentó durante los tres años al frente del Ayuntamiento capitalino.
En la ceremonia de su tercero y último informe que se realizó frente al Palacio Municipal -sobre la calle Juan de Palafox y Mendoza-, se pudo apreciar la ausencia de representantes de los tres poderes del estado: Gobierno estatal, del Congreso local y del Poder Judicial.
Durante los últimos años, la alcaldesa tuvo algunos desencuentros con el gobierno del estado.
Al respecto, Claudia Rivera dijo que su gestión destacó por la autonomía y la no subordinación al gobernador en turno como la que había en años anteriores.
“Nunca cedimos a chantajes, resistimos con dignidad a los embates de una clase política”, destacó en su discurso.
Resaltó la lucha frontal para lograr un cambio de raíz en la forma en que se hacía política.
Sin embargo, reconoció que le dejó una impotencia el no contar con el respaldo del gobernador Miguel Barbosa ni del Congreso poblano para aplicar las acciones de gobierno, como dar marcha atrás a la privatización del agua.
No obstante, Rivera Vivanco adelantó que en lo que resta de su administración enviará al Poder Legislativo y al mandatario local una propuesta en la materia.
Recordó que uno de los más fuertes embates contra su gobierno se dio en marzo del 2020, cuando Miguel Barbosa le solicitó destituir a la titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Lourdes Rosales, y nombrar a otro perfil vinculado a Genaro García Luna, hoy detenido; pero aseguró que no cedió.
“Se los digo con certeza, ha valido toda la pena defender la autonomía municipal (…) fue un costo elevado y lo pagué con creces, se sobrevino con ello un ataque al gobierno municipal, una guerra mediática y jurídica como nunca se había visto en el estado de Puebla”, lamentó Claudia Rivera.