El 31 de enero del 2019, su hijo Raúl Pérez Pérez salió de su casa en la junta auxiliar de La Resurrección en la ciudad de Puebla a buscar trabajo, pero nunca regresó.
Desde ese año, doña María Reyes Pérez Acero le llora y tiene fe de algún día volver a verlo y abrazarlo.
“Es muy doloroso el no saber de él, exijo que me hagan justicia para encontrar a mi hijo, estoy muy desesperada”, narró a El Universal Puebla.
También le mandó un mensaje en este 10 de mayo a su progenitor que tenía 23 años edad: “Si él me está escuchando, Raúl regresa a la casa, por favor, avísame por teléfono si no quieres venir, porque sufro mucho el no saber dónde estás”.
Después de tres años de angustia, la señora manifestó que quiere volver a mirarlo y reclamó las injusticias de las que son víctimas muchas madres por parte de las autoridades.
“Luego vamos a la Fiscalía General del Estado y no nos hacen caso, nos tienen paradas, sin comer, los empleados se ponen a trabajar”, declaró.
Añadió que este 10 de mayo es una fecha muy dolorosa para ella como madre, porque no sabe dónde está su hijo y no puede abrazarlo.
Ella forma parte de las 100 familias que conforman el colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, que dirige la activista María Luisa Núñez Barojas.
La agrupación realizó una marcha desde el zócalo de la capital poblana hacia la FGE, pasando por la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Puebla, donde exigieron a la comisionada resultados en la búsqueda de sus desaparecidos.
Durante la manifestación, reclamaron que este 10 de mayo no es un día de celebración, porque hay muchas madres que buscan a sus hijos, o también están desaparecidas.
Reclamaron que los levantones y desapariciones sí existen en Puebla.