Para varios gobiernos municipales en Puebla, el tema del comercio ambulante ha sido el talón de Aquiles.
Aunque se han hecho esfuerzos por reubicarlos y sacarlos del Centro Histórico de la ciudad o en todo caso reducir el número de informales, las estrategias han sido en vano, pues a la fecha ese sector se sigue apoderando de las calles.
Desde tiempos remotos
En la administración del priísta Enrique Doger Guerrero, (2005-2008), sólo se sacó a los ambulantes de la familia Huitzil que vendían antojitos en el zócalo, pero autorizó que el comercio informal se instalara de viernes a lunes en el Centro Histórico.
Durante la gestión de Blanca Alcalá Ruiz, se intentó mover a los ambulantes de las calles y colocarlos en un sitio más establecido.
En 2009, se puso en operación el mercado del Ferrocarril en la 11 Norte y 18 Poniente con 360 locales, aunque en ese momento, solo funcionaba el 10 por ciento.
El inmueble fue construido con la intención de reubicar a los ambulantes, aunque el programa fracasó al poco tiempo sin que los comerciantes pagaran su contribución mensual, la cual debían cubrir durante cinco años para tener la posesión del local. Sin embargo, en 2015 el lugar dejó de existir porque se instaló la estación del tren turístico Puebla–Cholula.
También en el periodo 2008-2011 se habilitó el Mercado La Merced para los mismos ambulantes, pero una vez que entraron ahí las ventas se cayeron y no pudieron recuperarse, por lo que regresaron a las calles.
Siguen pese a operativos
Durante el primer periodo del alcalde Eduardo Rivera Pérez (2011-2014), los ambulantes volvieron al primer cuadro de la ciudad, los cuales se quedaron durante las tres gestiones posteriores.
En la administración de Luis Banck hubo un periodo en el que se evitó la instalación de ambulantes en las calles, al colocar a granaderos en las avenidas. Sin embargo, retornaron nuevamente a las calles.
Incluso, en el último momento de su mandato modificó el código reglamentario municipal (COREMUN) para poder otorgar más de 200 permisos a vendedores ambulantes para instalarse en la 5 de Mayo y 8 Poniente.
No se hizo nada
Con la llegada de la morenista Claudia Rivera Vivanco nuevamente se intentó controlar a los informales, aunque las mismas autoridades argumentaron que las modificaciones realizadas en el pasado les quitó la posibilidad de regularlos, aplicar multas o retirar mercancía.
Con el paso del tiempo y con la justificación de la crisis económica que dejó la pandemia del Coronavirus desde marzo del 2020, la problemática social del comercio informal se incrementó considerablemente.
A finales de ese mismo año, la Secretaría de Gobernación municipal liderada por René Sánchez Galindo, intentó evitar la instalación de comerciantes instalando vallas metálicas.
Pero eso tampoco funcionó, los ambulantes ocuparon los espacios entre las vallas y la competencia desleal se apoderó de una de las calles más importantes del comercio formal en la capital.
La lucha persiste
Con el nuevo gobierno municipal que encabeza otra vez el panista Eduardo Rivera Pérez, los ambulantes en las calles no sólo siguen en las vialidades sino que se han extendido.
En los primeros meses de esta administración, a esos comerciantes se les han ofrecido bolsas de trabajo y lugares de reubicación a partir de la 18 Poniente, pero no han aceptado.
La Secretaría de Gobernación Municipal ha reconocido el fracaso en las negociaciones.