Federico López Flores, líder de la agrupación Fuerza 2000, se deslindó de las acusaciones que lo señalan de controlar actividades ilícitas y extorsionar a ambulantes del Centro Histórico de Puebla.

En una manifestación, rodeado de vendedores ambulantes, el líder expuso “esas difamaciones el día de hoy las venimos aclarar con hechos, testigos con pruebas, de que ni yo ni mi organización nos dedicamos a la extorsión, ni tenemos nada que ver con la prostitución ni el narcomenudeo”.

Contrario a ello, dijo que a los delincuentes no se les ha permitido entrar a la zona donde su organización tiene presencia.

Solicitó al gobierno de Puebla investigar el presunto secuestro de un joven torturado por criminales, “ese muchacho ya estaba amenazado, nunca trabajó para mí. Su familia está amenazada, fueron a pedir ayuda a la Fiscalía General del Estado y no les hicieron caso”.

Se dijo víctima del crimen organizado, el cual, aseguró, tiene en la mira a la organización Fuerza 2000.

Acusó que comerciantes como Martín Juárez y sus hijos sí están con el crimen organizado “y tenemos a todos de testigos, pero la gente no habla por miedo”.

“Nuestro líder Federico y Fuerza 2000 no es un cartel”, se leyó en algunas cartulinas que portaron los comerciantes que integran esta organización.

A su vez, un grupo de sexoservidoras insistió al gobernador que las dejen trabajar en una casona del primer cuadro de la ciudad de Puebla para llevar el sustento a sus hogares.

Expusieron que con ese espacio podrán dejar de ser víctimas de extorsión por parte de policías.

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