De acuerdo con la leyenda de la fundación de la ciudad, Puebla fue trazada a la perfección por los mismos ángeles. Y de eso no hay duda, pues mientras caminas por sus calles puedes constatar que están perfectamente orientadas hacia el norte y los demás puntos cardinales.
Sin embargo, antes del siglo XX, las calles de la ciudad de Puebla tenían nombres que, en la época colonial, casi siempre hacían alusión a algún evento o personaje local, y posteriormente se usaron nombres de próceres de la historia nacional.
De acuerdo con el historiador David Ramírez Huitrón, fundador del sitio Puebla Antigua, la nomenclatura de las calles del Centro Histórico de Puebla tiene una historia peculiar.
Otras calles cuyos nombres eran bastante extraños eran la “Calle del Estanco de los Hombres” y la “Calle del Estanco de Mujeres”.
Estas calles fueron nombradas así porque en 1779, una casa ubicada en la actual 4 Oriente se convirtió en la segunda fábrica más grande de puros del país, siendo esa calle donde entraban los obreros y por la 6 Oriente, las trabajadoras.
La “Calle de los Mercaderes”, hoy 2 Norte, fue llamada así porque en esta calle se ubicaban los negocios de los comerciantes más influyentes de la ciudad. Fue precisamente en esta calle cuando en 1864 se colocó un arco triunfal para recibir al emperador Maximiliano y su esposa Carlota.
Sin embargo, en 1917, siendo presidente municipal don Manuel B. Montes de Oca, implementó un sistema de orientación fácil de usar, aprovechando las coordenadas cardinales de la traza original.
La idea de enumerar las calles, en vez de nombrarlas, se usó con frecuencia en Estados Unidos, como en la ciudad de Washington, que fue de las primeras urbes planeadas desde el principio, con números en sus calles.