Fundada en 1531, Puebla no es solo una de las ciudades más antiguas de México, sino también un tesoro viviente de la arquitectura colonial.
Caminar por las calles del Centro Histórico de Puebla es sumergirse en una cápsula del tiempo, donde cada rincón relata una historia fascinante.
El corazón de Puebla, especialmente su Centro Histórico, está rodeado de estructuras que son mucho más que simples edificaciones, son emblemas del pasado que muestran el legado de la riqueza cultural y arquitectónica del estado.
A continuación, presentamos cinco obras arquitectónicas que sí o sí debes conocer.
Esta majestuosa estructura es un símbolo indiscutible de Puebla. La Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, comenzó su construcción en 1575, sin embargo, fue consagrada en 1649 por el obispo Juan de Palafox y Mendoza.
Su estilo es herreriano, con fachadas renacentistas e interiores barrocos, cuenta con dos impresionantes torres que miden 70 metros de altura, siendo en su época las más altas de las colonias americanas.
Esta obra estuvo a cargo de Francisco Becerra y Juan de Cigorondo, sin embargo, por falta de recursos y cambios en el reinado hicieron que las obras se detuvieran hasta 1626.
En 1634 el maestro mayor de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, Juan Gómez de Trasmonte, se encargó de realizar algunas adecuaciones al proyecto, dándoles un aspecto más clásico y una planta basilical.
Fundada en 1646, la Biblioteca Palafoxiana es considerada la primera biblioteca pública en América.
Es una de las representaciones más importantes del Barroco Novohispano y declarada como Monumento Histórico Nacional y Memoria del Mundo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En un principio inició con una colección de 5 mil libros, pero con el paso del tiempo su acervo fue incrementando gracias a las donaciones de los también obispos Manuel Fernández de Santa Cruz y Francisco Pablo Vázquez, así como a la incorporación de las bibliotecas de los colegios jesuitas.
Al día de hoy cuenta con 45 mil 059 volúmenes que datan de los siglos XV, XVI, XVII, XIX, XIX y la menor cantidad del siglo XX.
Adornado con enormes vitrales estilo art nouveau, el Pasaje del Ayuntamiento, siempre ha sido un espacio comercial con diversos negocios.
De acuerdo con la Gerencia del Ayuntamiento de Puebla, este pasaje, tiene sus inicios en 1536, cuando fue levantado el Primer Ayuntamiento.
Desde su construcción el pasaje era utilizado por los regidores y la gente del mercado, con el paso del tiempo, este callejón recibió varios nombres, como por ejemplo “Callejón de la Carnicería”, “Callejón de la Alhóndiga” y “Callejón de la Cárcel”, por la antigua prisión del Ayuntamiento.
De acuerdo con datos históricos, en 1901, colocaron el techo de cristal, importado desde Francia por Claudio Tranquilino Pellandini, el mismo que se encargó de decorar los vitrales del Salón de los Embajadores de Palacio Nacional, los del Castillo de Chapultepec.
Esta antigua casa data del siglo XVIII y fue edificada por el regidor y alcalde Agustín de Ovando y Villavicencio.
En su fachada hay 16 tableros representando personajes orientales que son conocidos como los “muñecos” que según cuenta la historia son los concejales que se opusieron a la construcción de esta casa.
En 1984 la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla la adquirió y restauró durante 3 años, la convirtió en el Museo Universitario en 1987.
Sin embargo, debido al sismo de 1999, el museo estuvo en restauración y abrió nuevamente sus puertas en octubre de 2006. Esta hermosa casa llegó a ser almacén de hilados, un cine y un hotel.
Ubicada en la 2 Oriente 409, la Casa de la Aduana Vieja fue adquirida por la BUAP en 2001.
De acuerdo con la ficha informativa de la Dirección de Patrimonio Histórico Universitario, de la Vicerrectoría de Extensión y Difusión de la Cultura (VEDC), la Aduana Vieja fue construida en el siglo XVII, con una estructura porticada en forma de “L”.
Funcionó como Aduana Real de los Azogues hasta 1789 y actualmente alberga al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.