El Barrio del Artista es un sitio emblemático de la ciudad de Puebla, lugar obligado para conocer durante su visita a la ciudad, donde están los estudios de los artistas, cafés y restaurantes.
Se ubica entre las calles 4 y 6 Oriente y la 6 Norte, donde los artistas se organizan para realizar la tradicional Quema de Judas, el Jueves Santo o el Sábado de Gloria.
Esta tradición se vio interrumpida desde hace tres años, los dos primeros debido a la pandemia por Covid-19 y el 2022 a causa de la poca economía que no les permitió organizarse.
Este 2023 todo está listo para que la Quema de Judas se lleve a cabo el sábado 8 de abril, a las 11:00 horas, en la explanada del Barrio del Artista.
A decir de Alberto Gómez, presidente de la organización de los artistas, ahora no serán 10 figuras como cada año, serán solo ocho con las que representarán a políticos, medios de comunicación, personajes del mundo del espectáculo que cometieron yerros en el año o que no son queridos por la opinión pública.
Los muñecos son elaborados por los propios artistas y para lo cual ocupan carrizo para dar forma a la estructura del cuerpo, después los forran con papel china de colores y colocan los cuetes sobre el cuerpo para que se quemen poco a poco.
Indicó que la gente podrá reconocer a los “Judas” por alguna característica física, pero también tendrán escritos sus nombres junto con las frases o acciones por las que son odiados.
De acuerdo con la Secretaría de Cultura del gobierno federal, la Quema de Judas surgió en México hace cientos de años, en la época de la Colonia, para evangelizar a los indígenas.
Representaba el triunfo del bien sobre el mal, por eso la figura comúnmente era un diablo, aunque desde hace algunos años se optó por muñecos de políticos, artistas o personajes populares.
Pese a que en el país son cada vez menos los lugares donde se fabrican estos Judas y se hace la llamada quema, existen sitios donde mantienen esta tradición e incluso llegan a realizar concursos para demostrar quién hace el peor Judas o el más odiado en el año.
El arte efímero se acaba en tan solo unos minutos, cuando se prende la mecha e inicia la “tronadera” que da marco, como si fuera música, a la fiesta de color que disfrutan los asistentes a las plazas públicas donde queman estas figuras.