La ciudad de Puebla, a finales de la década de los años 30 del siglo pasado, apenas comenzaba a crecer.
Un video de los más antiguos a color sobre la capital poblana, publicado por el canal de YouTube Gustavo Velarde- Tritschler, da testimonio de la forma en la que se veía.
En la ciudad no se apreciaban grandes construcciones, de ahí que fueran fácilmente identificadas por su altura las torres de algunas iglesias.
Llegaba hasta la colonia La Paz. Destacan en el horizonte, entre otras, la torre del Templo de San Agustín y la del Templo de San Domingo.
En suma, los templos tradicionales de la ciudad estaban presentes.
En el ámbito de la diversión operaban los cines Coliseo y Variedades.
Desde el Fuerte de Guadalupe se podía apreciar el Paseo Hidalgo, que es hoy el Paseo San Francisco.
El cerro de San Juan donde se estableció La Paz estaba despoblado.
En el barrio de La Luz, operaba entre otros comercios, un taller de alfarería. De ahí que sus calles exhibieran para la venta diversas piezas de alfarería.
En el número 911 de la calle 4 Poniente, ya operaba la fábrica de loza y azulejo de Talavera Uriarte, que fue fundada en el año de 1868.
En la calle 4 Oriente número 416, ya estaba la Casa de Alfeñique.
Otro edificio emblemático de la ciudad era la Casa de los Muñecos
Las calles del Centro Histórico no registraban el desplazamiento vial que hoy las caracteriza.
La gente transitaba sobre las aceras, generalmente cubiertas con sombreros. Y todas las mujeres usaban falda.
Era común ver a mercaderes transportar sobre su cabeza, sus hombros y espalda su mercancía, como los vendedores de nieves o helados y los panaderos.
Desde esos años ya se observaban algunos locales de lámina en la vía pública que albergaban diversos giros, principalmente de alimentos.
En el año de 1939 comenzaron a crearse los primeros fraccionamientos de la ciudad de Puebla, con casas de dos plantas.
Había pulquerías como La Morena que se ubicaba en la calle 14 norte y avenida Juan de Palafox.
Era común encontrar tiendas tradicionales casi en cualquier calle, a las que acudían las familias, para adquirir los productos del día.
En aquella época era usual escuchar y apreciar el paso del ferrocarril, por la ciudad de Puebla.
También era habitual ver transitar por las calles a trabajadores del campo, además de encontrar generalmente a mujeres barriendo los frentes de sus casas.
Al salir de la ciudad se podía apreciar el horizonte rural, con un amplio potencial natural.
Gustavo Velarde- Tritschler apunta que “las escenas forman parte de un tiraje realizado por el ingeniero norteamericano, reconocido viajero y cineasta amateur Watson Kintner en uno de sus viajes a México en 1939, y forman parte del acervo existente en los archivos de la Universidad de Pennsylvania”.