Durante el primer trimestre de 2021, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) identificó en la ciudad de Puebla a 23 bandas delictivas dedicadas al narcomenudeo, las cuales se han desplegado en diversas zonas de la ciudad.
Además, por lo menos nueve de ellas han diversificado su actividad criminal, pues también se dedican al secuestro, robo de vehículos, extorsión, venta de armas, robo a transeúnte y despojo.
La presencia de esas bandas y su desarticulación por parte de las autoridades desencadenan peleas por la “plaza”, que terminan en detonaciones de arma de fuego en vía pública, homicidios e inseguridad, consideró el especialista en seguridad, Roberto Esquivel Ruiseco.
En entrevista con El Universal Puebla, consideró que “si (las autoridades) se enfocan en (detener a) los líderes delincuenciales, es fácil que otros de sus integrantes asuman el control y sean más violentos, además de que mantienen las operaciones ilícitas en la ciudad”, consideró.
También, agregó, comienzan a migrar a otros delitos como el robo y el secuestro.
Pero además, hay otro impacto social: el consumo. De acuerdo con Antonio Vicuña García, director de los Centros de Integración Juvenil Puebla, en la entidad han registrado un incremento en el consumo de metanfetaminas, en específico de cristal, cuyo efecto es el aumento de la violencia en los adictos.
“Es un excitador … lo puede hacer delinquir e incorporarse a bandas delictivas”, explicó.
En la entidad –señaló- el primer grupo de consumidores de drogas (legales e ilegales) es el de 15 a 19 años de edad y cada año ingresan entre 500 ó 600 pacientes por primera vez a los Centros de Integración, debido a las adicciones.
LA RADIOGRAFÍA
Una de las bandas identificadas es la de “El Croquis”, liderada por Alejandro T., quien tenía su base de operaciones en el mercado Ignacio Zaragoza, al norte de la capital.
De acuerdo con las últimas detenciones de integrantes de su grupo delictivo, mantiene el control de la venta de estupefacientes en colonias como Los Pinos, Tepeyac, Plaza Loreto, Parque Puebla, El Refugio, Loma Bella, Central de Abasto. Además, Jardines de San Manuel, Universidades, Vista Hermosa, San Miguel y Mercado Zapata.
Otra de las bandas que opera en esta ciudad es la de “Los Toscano”, cuya influencia data desde hace 20 años en la venta de estupefacientes en las colonias Villa Frontera, Camino a Tlaltepango y la junta auxiliar de San Sebastián de Aparicio.
Este grupo mantiene operaciones en el inmueble conocido como La Maldita Vecindad y que aún existe, según las autoridades policíacas, en la 3 Norte y la 8 poniente en el Centro Histórico. Se ha extendido a la colonia Mártires del Trabajo donde se dedica también al robo a transeúnte y a transporte público.
“La Reina del Sur” es una banda que opera en Guadalupe Hidalgo y Lomas de San Miguel, donde comete robo a comercio, casa habitación, transporte público y transeúnte, además de narcomenudeo.
“El Chupón” es otro de los grupos que surgió tras la detención de Christian N. El Grillo -quien lideraba una banda criminal cuyo bastión se encontraba en el Mercado Morelos-. Este grupo distribuye droga en zonas como Loma Linda, Granjas de San Isidro, El Salvador, Clavijero, Chapultepec, La Cuchilla, Encinar y Santa María.
“Los Michoacanos” operan también el narcomenudeo en Guadalupe Caleras y La María.
La banda de Fabiola N. es considerada por la SSP como una de las más peligrosas, ya que surte de drogas a otras bandas. Opera en La Margarita, pero distribuye para San Francisco Totimehuacan, San Miguel, Universidades y La Joya.
Otro grupo criminal es el de Carolina N, “La Patrona”, quien se quedó con la mayor parte de la estructura criminal del ex líder del Mercado Morelos.
Tiene influencia en Bosques de Amalucan, Xonacatepec, Santa Bárbara, Ignacio Zaragoza, Parque Ecológico, Mercado Morelos, Lomas de Santa Catalina, Clavijero y Bosques de San Sebastián.
“Los López”, cuyo líder es un sujeto apodado “El Narizotas”, se dedican al robo de combustible en Santa María Xonacatepec.
“El Pelón del Sur”, cuyo líder es Abraham Filiberto, es uno de los principales narcomenudistas que opera al sur de la ciudad y busca inmuebles que funcionan como picaderos para que los compradores consuman las drogas.
Su zona de influencia se encuentra en San Francisco Totimehuacan, Xilotzingo, Tres Cruces, Barrios de Arboledas, Balcones del Sur, San Bartolo, La Guadalupana, Santa Ana y Ampliación Guadalupe.
Otros grupos son el de Paola N., alias “La Tita”, que opera en Ignacio Romero Vargas; “El Fercho”, en Tres Cruces; “El Moi”, especializado en robo de autopartes, venta de drogas y extorsión en la 46 Poniente; así como “El Tobi” en San Pablo Xochimehuacán, donde comete narcomenudeo, robo de transporte de carga, compra y venta de mercancía robada y de armas de fuego, y venta de inhibidores de señal.
También están identificados “La Mafia de Analco”, “El Cuca”, “La Comadre”, “Los Robin Hood”, “Hemafia”, “Las Piolas”, “Los Sinaloa”, “El Becerro” y una banda de “gota a gota” –prestamistas que extorsionan y amenazan a los clientes- que opera en Amalucan, Xonacatepec, Bosques de San Sebastián y Rivera Anaya.