Los mercados o centros de abasto son puntos vitales para la economía local, ya que un número importante de consumidores adquieren aquí sus productos de la canasta básica. De hecho, muchos turistas vienen a México teniendo en mente la visita de algunos mercados y tianguis.
La existencia de estos lugares data de hace varios siglos e incluso podríamos decir que es una tradición prehispánica que ha logrado sobrevivir a lo largo del tiempo.
Según el INAH, el mismo Hernán Cortés habló de los mercados en una carta a Europa, donde escribió que este sitio era “dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y vendiendo”.
En Puebla se han contabilizado 31 mercados en la capital, pero solo 3 pueden contar la historia completa de la ciudad. Aquí te dejamos los 3 mercados más antiguos de Puebla.
La antigua plazuela de San Roque se construyó en 1801 y está cubierta en la mayoría de las partes por ladrillo con azulejos de Talavera.
Es considerado el primer mercado artesanal de la ciudad, empezando sus actividades desde 1760 hasta la aparición del ferrocarril, convirtiéndose en un centro de cargamento y comercio al por menor de souvenirs y puestos de frituras recibiendo el nombre de Plaza del Baratillo.
De acuerdo con los historiadores, su nombre se debe a que era el paso de arrieros que venían de Veracruz, Oaxaca, Guerrero y la capital de la Colonia.
Actualmente, tiene 112 locales decorados con ladrillos y azulejos de Talavera y se pueden encontrar todo tipo de artesanías tradicionales de la región.
Considerado como la cuna de la cemita poblana, su construcción formó parte de un conjunto de obras pensadas para embellecer y modernizar la ciudad durante la época del Porfiriato.
El mercado de La Victoria fue construido en honor a Guadalupe Victoria, durante el mandato del presidente Porfirio Díaz, siendo una de las últimas construcciones de hierro forjado en México.
La primera piedra para su construcción fue colocada en septiembre de 1854, bautizándola como recuerdo de "La Victoria" del ejército mexicano frente a los españoles de Isidro Barradas. Su construcción terminó en 1914 y desde su apertura, el mercado se consolidó como el principal punto de venta de alimentos de la capital.
En aquella época, fue uno de los mercados más importantes por la gran actividad comercial que tuvo la ciudad de Puebla hasta 1986, que fue clausurado por ser un foco rojo de infección, debido a las pocas medidas de sanidad.
Ubicado en uno de los barrios que fueron parte de la fundación de Puebla.
Este lugar fue construido en 1930 y nombrado José María Morelos e inició como un tianguis donde se vendían principalmente frutas, verduras y carne; tiempo después, construyeron locales en este espacio.
El mercado se edificó luego de que en el Mercado de la Victoria no se diera el abasto.
Actualmente este mercado es diferente, ya que las personas que venden en este sitio se dedican a la comida típica del estado como cemitas, pozole, gorditas, quesadillas o moles.
El mercado El Alto es un punto concurrido por mariachis, al que se ha denominado el Garibaldi de Puebla.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Puebla, actualmente existen en la ciudad 31 mercados, de los cuales 21 son municipales, dos especializados y ocho de apoyo.
Los mercados municipales son: 5 de Mayo, Amalucan, Carmen Serdán “La Acocota”, Defensores de la República, Joaquín Colombres, José María Morelos “El Alto”, La libertad “El Cuexcomate”, La Merced, Mayorazgo, Melchor Ocampo “El Carmen”, Nicolás Bravo “El Parral”, San Baltazar Campeche, Santa Anita, Santa María, Unidad Guadalupe, Venustiano Carranza, Vicente Suárez “La Piedad”, Xonaca, Xonacatepec I y II.
Mientras que los mercados especializados son: de Sabores Poblanos, de Mariscos y Pescados; mientras que los de apoyo son: Emiliano Zapata, Francisco I. Madero, Héroes de Puebla, Ignacio Zaragoza, Independencia, José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo - Unión y Central de Abasto.
Estos centros de abastecimiento brindan productos básicos en condiciones higiénicas y sanitarias, generan empleo e impulsan las economías familiares y del propio municipio.