La Catedral de Puebla es una de las construcciones más emblemáticas de la capital, no solo por sus dimensiones y estilo, sino por su historia y relevancia cultural.
Es por eso que aquí te dejamos cinco datos que posiblemente no conocías sobre esta gran iglesia.
En 1552 el rey Felipe II firmó una Cédula Real donde ordenó la construcción de una nueva Catedral.
El 24 de enero de 1575 el entonces virrey, Martín Enríquez, designó a Juan de Cigorondo, como obrero mayor, y a Francisco Becerra, como arquitecto, quien también trazó los planos de las catedrales de Lima y de Cusco, de ahí el parecido entre estas tres obras arquitectónicas.
Sin embargo, por falta de recursos y cambios en el reinado hicieron que las obras se detuvieran por 22 años a partir de 1618. Con la llegada en 1640 del obispo Juan de Palafox, se reanudaron, permitiendo que los muros y techumbres se terminaran en 1649 y que se consagrara este edificio como catedral el 18 de abril de ese año, aunque no se hubieran terminado aún las torres y fachadas.
Por un plano de 1749, sabemos que iba a tener cuatro torres. Es más, desde la 3 Oriente, aún se pueden ver los cimientos de la tercera torre, que fueron levantados hasta la altura de la techumbre de la Catedral.
Actualmente, sus dos torres miden 70 metros de altura, siendo en su época las más altas de las colonias americanas.
Uno de los lugares más enigmáticos de la Catedral de Puebla está situado detrás de la Puerta Central, llamada “del Perdón”.
Ahí se encuentran el cenotafio del obispo Juan de Palafox y la lápida del obispo Pantaleón Álvarez de Abreu.
Durante su obispado, Juan de Palafox y Mendoza mandó a hacer su lápida mortuoria. Sin embargo, su muerte ocurrió el 1 de octubre de 1659, en España, a pesar de ello la lápida se construyó debido a la importancia que Palafox y Mendoza representaba para Puebla y para esta Catedral.
Una de las características más impresionantes de la catedral es que su gran atrio está rodeado por 58 ángeles, que la custodian de día y noche.
De acuerdo con la leyenda, estos mismos ángeles ayudaron a montar la campana de Santa María de la Concepción en la torre.
Pues cuenta la leyenda que las torres de la Catedral de Puebla se comenzaron a construir hasta 1678 y, una vez terminadas, se colocaron las campanas. La más grande de ellas pesaba más de 8 toneladas, se dice que los hombres que habían trabajado en la construcción intentaron subirla por 30 días sin lograrlo, incluso algunos fallecieron en el intento.
Hasta que una noche, el guardia de la construcción visualizó en sus sueños como unos ángeles bajaban del cielo y subían la campana.
Al día siguiente, los hombres se sorprendieron al darse cuenta de que la campana había desaparecido del atrio, tras varias horas de buscarla se dieron cuenta de que ya se encontraba en su lugar.
Por eso, la leyenda señala que la iglesia fue construida por ángeles.
La torre alberga varias campanas de distintos tamaños. Una de las más grandes fue bautizada Santa María de la Concepción. En ella está grabada la inscripción “En tu concepción, Virgen, fuiste inmaculada. Ora por nosotros”.
Las demás campanas recibieron su nombre, de acuerdo a su tamaño: Jesús Nazareno, San José, Santa Cruz, San Joaquín y Santa Ana, Santa Bárbara.
Las campanas más pequeñas llamadas esquilas son: El Santísimo, Nuestra Señora de los Dolores, San Miguel, San Pedro, San Pantaleón, Santo Domingo y El Venerable Sr. Palafox.