Puebla de los Ángeles, Puebla de Zaragoza, la Angelópolis o como conozcan a la ciudad de Puebla, no importa; lo relevante es que es un sitio que cada vez atrae a más visitantes, mientras que sus habitantes se llenan de orgullo de vivir en este lugar.
La capital poblana es reconocida a nivel internacional por distintas razones, pero hay algunas que sobresalen de otras y se vuelven ventajas para vivir en Puebla.
No solo atrae a mexicanos de otras entidades, sino también a empresarios, inversionistas o turistas de Estados Unidos, Canadá, Europa y Sudamérica, entre otros países.
Posición geográfica
Esta es su principal ventaja, ya que la capital poblana se ubica a menos de dos horas de la Ciudad de México, la capital del país. También está en un punto estratégico para tener conexión con dos de los puertos comerciales más importantes, en Veracruz por el lado del Golfo de México y en Guerrero por el lado del Pacífico.
Su infraestructura carretera también es privilegiada, ya que por esta atraviesan transportistas y automovilistas particulares que quieren ir del centro del país a la zona sur y sureste de México.
Como ejemplo, es la autopista México-Puebla la principal vía de comunicación del estado y del centro del país. De igual manera hay que pasar por territorio poblano para llegar a zonas turísticas y de playa como Oaxaca.
Patrimonio Cultural de la Humanidad
Pocas ciudades del país cuentan con este título y Puebla lo obtuvo por la UNESCO debido al patrimonio que posee su Centro Histórico, sus casas de estilo barroco, edificadas en la época virreinal, así como por sus cientos de monumentos.
Este título permite que la ciudad sea un imán de turistas locales, nacionales e internacionales, quienes llegan a la ciudad trazada por ángeles para sorprenderse con sus templos, museos, edificios, el Palacio Municipal y la Catedral, entre otros.
La llegada de turismo contribuye a la economía local, en consecuencia, a la generación de fuentes de empleo y a la identificación de los poblanos como buenos anfitriones.
Economía y Desarrollo
A pesar de ser una ciudad que se fundó el 16 de abril de 1531 y conserva sus inmuebles, tradiciones y costumbres; Puebla está en constante crecimiento y modernidad.
Basta conocer la zona de Angelópolis y área conurbada con los municipios de San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Cuautlancingo y Coronango.
En esta zona limítrofe, por la entrada a Puebla viniendo de la Ciudad de México, se encuentra la armadora de autos Volkswagen, una de las más importantes de la ciudad, junto con todas sus proveedurías.
Los expertos dicen que no solo la ciudad es un buen sitio para hacer negocios, sino todo el estado, pues también en la entidad se encuentra la armadora de autos premium, Audi de México, en el municipio de San José Chiapa.
Escuelas y universidades
De Tlaxcala, Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, entre otros estados, incluso uno que otro del norte del país, llegan estudiantes para aplicar en alguna de las más de 220 universidades e instituciones de educación superior que hay en la ciudad.
Hay universidades de prestigio que se colocan dentro de los primeros lugares del país como Mejores Universidades, incluyendo a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). También las hay de acuerdo a la economía de cada familia.
Existen zonas universitarias que se distinguen por el dinamismo de su población joven, donde los poblanos han encontrado como fuente de ingreso ofrecer servicios de hospedaje, comida, venta de artículos como papelería, uniformes, libros, instrumentos, ropa, accesorios y muchos giros más.
Gastronomía
Tal vez te parezca menor esta ventaja, pero debes saber que la cocina poblana es una de las más reconocidas a nivel nacional e internacional, principalmente por sus platillos barrocos como el mole poblano y el chile en nogada.
Quienes conocen la ciudad por primera vez, quedan prendados por su cocina única, que goza de gran prestigio por su variedad y elaboración, en la que se utilizan muchos y muy diversos ingredientes.
Aquí se pueden encontrar, entre otros platillos típicos, el mole poblano, los chiles en nogada, pipián, mole de chicharrón, crepas de huitlacoche, romeritos, chilate de pancita, chalupas, molotes, cemitas, tamales, chileatole, arroz a la poblana, tacos árabes, mole de caderas y otros más.
En cuanto a lo dulce, no se puede dejar de lado los dulces típicos como los camotes de Santa Clara, limones rellenos de coco, cocadas, naranjas cristalizadas, jamoncillo, calabaza, caballitos de panela y bebidas como aguas frescas, la pasita, tejocote, pulque, chocolate, atole, alegrías y pepitorias, entre otras delicias culinarias que salieron de las cocinas conventuales.
A su cocina hay que agregar sus artesanías, principalmente de talavera, ónix, textiles, papel amate, piezas de barro, espuelas de plata, muebles de madera y también figuras de piedra volcánica, entre otros.