Inaugurada el 16 de noviembre de 1979, Plaza Dorada fue el primer gran centro comercial de la ciudad de Puebla. La pionera del concepto de lo que hoy se conoce como plazas, cuenta con 44 años de historia.
Datos históricos indican que los empresarios poblanos Eduardo Vigil Escalera, Adolfo Cazares y José Manuel Rodoreda fueron los visionarios que se dieron a la tarea de proponer la construcción de una plaza que albergara las mejores marcas. Un concepto con el que se revolucionó el sector comercial de la época.
La construcción de Plaza Dorada se realizó mediante una inversión inicial de 450 millones de pesos, con un periodo de construcción de once meses, sobre una superficie de 60 mil metros cuadrados. La constructora Quintana y Asociados, encabezada por el ingeniero Antonio Quintana Fernández y el arquitecto Rodríguez Concha, con la participación de 300 trabajadores, fue la encargada de su desarrollo.
Se erigió en un predio que perteneció a la familia Benítez, lo que toma mayor certeza si se considera que la zona es conocida como rancho Ladrillera de Benítez. Su ubicación conforme al desarrollo urbano del momento fue estratégica, como lo es ahora, sobre el Bulevar 5 de Mayo, frente al Parque Juárez.
Referencias periodísticas indican que los primeros estudios realizados por una institución bancaria arrojaron que no sería un concepto exitoso. Pero sus creadores viajaron a Guadalajara para estudiar el concepto de Plaza del Sol. Y finalmente, los estudios de mercado definieron el lugar de construcción del centro comercial.
Plaza Dorada comenzó a operar con 60 locales de comercios que en su mayoría contaban con al menos una sucursal en la ciudad de Puebla y, por lo tanto, con clientela. En sus primeros años albergó tiendas de la época como Rodoreda, Infantiles Rodríguez, París Londres, Cortefiel y Zapaterías Sorrento.
Los poblanos y sus familias rápidamente convirtieron a Plaza Dorada en un centro de reunión y diversión, lo que trajo consigo un verdadero éxito comercial, que llevó a los empresarios a concebir la posibilidad de construir otras plazas similares.
Ciertamente, a lo largo de casi nueve lustros han surgido un número importante de nuevos centros comerciales bajo el mismo concepto, pero Plaza Dorada se mantiene vigente y en el ánimo de los compradores, gracias a su ubicación y varias remodelaciones de las que ha sido objeto, pero primordialmente a que los estudios de mercado en los que se sustentó su creación, no fueron fallidos.