Pasarse un alto no solo coloca al conductor de un vehículo ante la posibilidad de sufrir un accidente vial, que podría poner en riesgo su integridad física y las condiciones de operación de la unidad en que se desplaza, sino que también conlleva la imposición de una multa que implicará un desembolso obligado de recursos económicos.
Y si ambos elementos se conjugan, el costo de pasarse un alto podría magnificarse al sumar daños personales, afectaciones patrimoniales, tanto propias como ocasionadas, y la multa. Incluso, si en la colisión se llega a dañar parte del mobiliario urbano, la cuantía podría elevarse considerablemente.
Por otra parte, es importante tener en cuenta que antes de que la luz roja se encienda, se activa la luz ámbar, la cual es una señal preventiva que debe ser considerada para comenzar a disminuir la velocidad y no intentar pasar justo en el momento en que la luz que indica alto total está a punto de encenderse.
En todo caso, en la ciudad de Puebla, la multa por no respetar un alto va de las 12 a las 20 Unidades de Medida y Actualización (UMAs), que en 2024 tienen un valor de 108.57 pesos diarios, 3 mil 300.53 pesos mensuales y 39 mil 606.36 pesos anuales.
El artículo 294 fracción IV, 314 fracción IX, 317 fracción III, del Reglamento de Tránsito Municipal, establece que no obedecer la señal de alto o lo ordenado por las demás señales de tránsito, distintas de las que regulen la velocidad, amerita una multa de 12 a 20 UMAs, es decir, de mil 302.84 pesos hasta 2 mil 172.4 pesos.
Adicionalmente, hay que considerar que si falla un semáforo, el reglamento de tránsito establece que el conductor debe tener precaución al transitar un crucero y, en su caso, ceder el paso.
Además, en caso de que no exista u opere un semáforo, el tránsito podrá ser controlado por un elemento de la policía, quien indicará en qué momento se debe transitar o detener el flujo vehicular. En ese caso, el no obedecer sus indicaciones puede considerarse una acción equivalente a pasar por alto una señal de alto.