El Monumento a los Fundadores de la ciudad de Puebla debería ocupar un lugar especial para los habitantes de la Angelópolis, pero solo es recordado cada 16 de abril.
Inicialmente se encontraba en la Avenida Juárez, junto con la Fuente de Motolinía, el Monumento a la Independencia, el Monumento a Benito Juárez y la Fuente de los Frailes, pero en la década de los años 80 del siglo pasado fue reubicado en la zona de San Francisco.
Historia del Monumento a los Fundadores
La historia del Monumento a los Fundadores se remonta al 16 de abril de 1931, hace casi un siglo, cuando se colocó la primera piedra de la rotonda en la 15 Sur, donde habría de erigirse.
En 1928, el Congreso del Estado lanzó una convocatoria para la construcción de un monumento conmemorativo, atrayendo a diversos escultores con once proyectos. El ganador fue el proyecto presentado por el escultor acatzinguense Ernesto Tamariz Galicia.
Con recursos del gobierno y fondos de la iniciativa privada, se concluyó la construcción el 30 de mayo de 1934, inaugurándose el 8 de mayo de 1935.
Destacan en el monumento las figuras de los principales fundadores de la ciudad: la reina Isabel de Portugal, el obispo Fray Julián de Garcés, el oidor Juan de Salmerón y Fray Toribio de Benavente “Motolinía”.
El monumento originalmente contaba con un basamento escalonado hacia los cuatro puntos cardinales y cuatro pilares rematados con piramidiones, pero la administración municipal de 1972-1975 decidió remover las escalinatas laterales y los pilares.
En 1982, se retiró la rotonda de la calle 15 Sur y se trasladó el monumento a la esquina de la 14 Oriente y el Bulevar Héroes del 5 de Mayo, su ubicación actual.
El Monumento a los Fundadores de Puebla está constituido por tres cuerpos. En el primero, como remate, se observa una alegoría a la ciudad de Puebla, representada por una iglesia colonial erigida sobre una pirámide mesoamericana.
En el segundo cuerpo, hay cuatro esculturas que representan a personajes históricos y cuatro columnas adosadas con blasones en bajorrelieve.
El tercer cuerpo consta de un pedestal irregular con columnas adosadas que contienen leyendas alusivas al monumento y su construcción. En la parte inferior del pedestal, se encuentra un basamento escalonado en el frontispicio y en la parte posterior del monumento.
Es un monumento lleno de detalles y datos alusivos a la ciudad de Puebla y su historia, que a menudo pasan desapercibidos para quienes transitan frente a él a diario o incluso para quienes lo visitan.