Tras percibir el olor a gas y escuchar la explosión por una toma clandestina de Gas LP, aquella madrugada del domingo 31 de octubre en San Pablo Xochimehuacán, los 15 integrantes de la familia Mastranzo salieron despavoridos de sus viviendas.
Las llaves colocadas en el buró o escritorios, así como chamarras para cubrirse del intenso frío que prevalecía en el ambiente, apenas pudieron ser tomadas por las personas y dirigirse a la intemperie para tratar de salvaguardarse. Esa fue la última vez que estuvieron al interior de su patrimonio, tal como lo conocían.
En la calle del Ferrocarril y cerca de la avenida Gasoducto de esa junta auxiliar, se asentaban cuatro viviendas que pertenecían a las familias Pérez Mastranzo, Rodríguez Mastranzo y Mastranzo Serrano, cada una con recámaras, cocinas y salas. Todas sufrieron daños severos y hoy han sido demolidas.
Una de las integrantes de esa familia narró a El Universal Puebla, cómo al ver su patrimonio desaparecido, ahora les preocupa empezar de cero porque muebles, pertenencias, ropa, todo, se quedó adentro por la gravedad de la estructura que sufrió su vivienda.
Los que integran esas familias forman parte de las 67 personas que aún continúan en el albergue temporal instalado en la escuela Telesecundaria Licenciado Adolfo López Mateos de esa comunidad.
“Llegamos al albergue a las 5 de la tarde del pasado domingo y seguimos aquí”, declaró.
A casi ocho días de la tragedia, aseguró sentirse más tranquila, pero desde que observaron en videos cómo quedaron sus viviendas “y decíamos este es nuestro muro, esta era nuestra recámara, es un sentimiento que sí nos pega a toda la familia, porque vimos cómo los abuelos empezaron a construir y se esforzaron por todas las cosas. Es algo que decimos, hay que volver a empezar”.
-¿Qué les han dicho las autoridades?
-Hasta ahorita hemos tratado de cumplir con los trámites necesarios porque hemos ido a hacer la denuncia a Fiscalía, a sellar los papeles, regresar a la presidencia auxiliar y todo.
Lo que nos han comentado es que sí van a hacer la reconstrucción de nuestras viviendas, no nos han dicho con qué nos van a apoyar, pero sí prometido lo que es el apoyo, hasta el momento es lo único que nos han informado.
Vamos a estar al pendiente de cualquier anuncio que vaya a haber. Por lo menos esa zona es lo que van a derrumbar y a hacer toda la limpieza de ahí.
-¿Estarían dispuestos a moverse a otra zona?
-Yo creo que sería mejor lo que la autoridad diga, lo que sea más prudente que ellos nos comenten qué es lo que sigue por la zona. Nosotros tenemos el título de la propiedad, escrituras, y necesitamos una respuesta.No tenemos siquiera a dónde irnos, por eso es que estamos en el albergue.
Tragedia destruye a las familias
A otras familias, la explosión vino a aumentar todavía más la desintegración de los descendientes.
Es el caso de la señora, Jazmín Romero Sampayo, quien, junto a su hija menor de edad, tratan de salir adelante con el apoyo del albergue instalado por parte del Sistema DIF municipal y estatal.
Relató que dos meses antes de la desgracia, llegó a vivir a la casa de una amiga, cerca de la denominada zona cero, porque no tenía dónde quedarse a dormir, ya que su esposo y tres hijos varones no se hacen responsables de ellas.
Al escuchar la explosión, salieron corriendo de la habitación donde se encontraban, “todos salimos sin suéter, jalamos nomás unas cobijas, mi hija se llevó a su perro y gato, y nos fuimos a otras calles más alejadas; incluso me encontré a uno de mis hijos, pero andaba de parranda”.
Entre la desesperación, preocupación y enojo, llegó el miércoles 3 de noviembre al albergue, “me siento más contenta aquí que con todos los familiares que deberían de estar allegados a uno, pero te dan la espalda. No tanto por uno, ya está uno grande, pero las criaturas”.
La señora -vecina del lugar desde hace 35 años, ya que es originaria de Huauchinango- admitió que las tomas clandestinas se conocen desde tiempo atrás en Xochimehuacán, “esto no es historia de ahorita, es de muchos años, conforme entran administraciones a lo mejor lo van agrandando”.