La fachada del templo conventual de San Francisco no solo posee una belleza admirable, también es peculiar.
En principio hay que destacar que cuenta con 14 recuadros elaborados con azulejos, siete a cada uno de los costados de la puerta principal.
Fachada del templo conventual de San Francisco | Imagen: Centro Virtual Cervantes
El encanto de la fachada se complementa con las torres y la amplitud del atrio que permite apreciarla en su totalidad y por supuesto fotografiarla.
El frente del inmueble es de cantera gris, rodeado por un paramento de ladrillo, que a su vez es recubierto con tableros de azulejo talaverano.
Un detalle que destaca es el empleo del estípite, un soporte que se define como “un pilar o pilastra con base, como un obelisco invertido, formado de varios cuerpos y molduras”.
El templo conventual de San Francisco fue el primer convento que se estableció en Puebla.
En la iglesia se venera el cuerpo del beato Fray Sebastián de Aparicio.
La construcción del templo de San Francisco concluyó en 1585, pero con el paso del tiempo fue objeto de varias reformas arquitectónicas.
En el siglo XVIII, un proyecto remodeló su fachada con cantera, ladrillo rojo y azulejo, con un diseño similar al de los retablos de madera que generalmente había en el interior de las iglesias.