La llegada de la reliquia de San Judas Tadeo a México y su presencia en la Catedral de Puebla, programada para los días 27, 28 y 29 de agosto, permite recordar la existencia de la Capilla de las Reliquias en este espacio.

Tradicionalmente, cada año, en ocasión de la conmemoración del Día de Muertos, la Capilla de las Reliquias, ubicada en el interior de la Catedral poblana, se abre al público para que la feligresía y los visitantes puedan apreciarlas.

La Capilla de las Santas Reliquias alberga restos, es decir, huesos y joyas de algunos santos y santas considerados mártires, como San Basilio, San Sotero Papa, San Cornelio, Santa Catalina de Siena y San Irineo.

Específicamente, las reliquias son restos del cuerpo o de una vestimenta de quien fuera un santo y se veneran como objetos de culto.

En el ámbito religioso, se considera que hay tres tipos de reliquias:

1. De primera clase: huesos o carne del santo.

2. De segunda clase: objetos que pertenecieron al santo, como ropa o un libro.

3. De tercera clase: objetos que fueron tocados por el santo.

Las reliquias están resguardadas en bustos hechos de yeso, elaborados por los artistas de la Academia de las Bellas Artes. Según referencias históricas, a finales del siglo XVII se determinó que las reliquias fueran colocadas en esta capilla para que quien celebrara la eucaristía pudiera verla desde el altar mayor.

De ahí que, al transitar por el interior de la Catedral de Puebla, se tenga la oportunidad de pasar frente a la Capilla de las Reliquias y observar a la distancia los objetos que alberga.

Sin embargo, si se quiere apreciarlos de cerca, es posible hacerlo durante la conmemoración del Día de Muertos, cuando se abre al público, al igual que la Cripta de los Obispos, que también se encuentra en el interior de la Catedral poblana.

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