Hasta con los perros jaló José Alfonso Rodríguez tras la explosión de un ducto de gas LP a consecuencia de una toma clandestina, en la junta auxiliar San Pablo Xochimehuacán de la capital de Puebla.
El señor y su familia se encontraban durmiendo la madrugada de este domingo 31 de octubre.
De repente, los despertó un fuerte estruendo que ocasionó que los cristales de su vivienda se rompieran en cachitos.
Cuando José Alfonso salió de su casa para saber lo que había pasado, los vecinos le dijeron que se trataba de una explosión de un ducto de gas LP por una toma clandestina, por lo que sin pensarlo regresó para sacar a su familia.
“De repente te despiertan los vecinos, te despiertan alarmados, tienes que agarrar a los niños, tu esposa, mis hijos y más que nada a correr. Correr porque estás viendo la explosión, oyes los dos o tres trancazos que hubo y pues te apanicas y a correr. Lo que haces es tratar de salvarte”, compartió con EL UNIVERSAL PUEBLA.
Además, el hombre tomó también a sus dos esponjados perros, uno blanco y otro negro.
“Sí, mira, hasta las mascotas trajimos porque son parte de la familia”, expresó.
Mientras escuchaban las torretas de los servicios de emergencias aproximándose a la zona, José Alfonso, sus dos nietas, sus dos hijas, su hijo y su esposa emprendieron la caminata hasta llegar a un supermercado ubicado sobre el Bulevar Norte.
Luego de varias horas, vieron en sus celulares que las autoridades habían habilitado tres albergues, entre ellos uno en El Templo Mormón ubicado a la altura de la 9 Norte.
Como les quedaba cerca, José Alfonso y su familia llegaron con todo y mascotas hasta el lugar, donde le han brindado la atención.
“Camina y caminas, venimos a resguardarnos aquí, a Soriana, y ya de ahí por medio del Feis indicaron que estaba abierto este albergue y ya fue como llegamos acá”, comentó.
Como EL UNIVERSAL PUEBLA lo informó, al menos un hombre murió y 15 personas resultaron heridas tras la explosión de un ducto de gas LP que ocasionó una toma clandestina dentro de un predio.
Los elementos de las corporaciones de seguridad de los tres niveles de gobierno, entre ellos del Ejército Mexicano, se movilizaron hasta la avenida Los Palos y Ferrocarril, donde también cerca de 50 casas quedaron destruidas.
Tras estabilizar a los afectados, de quienes no proporcionaron sus identidades, los trasladaron a diversos hospitales, donde hasta el momento continúan internados.
Como estaban en riesgo, las autoridades también evacuaron a cientos de vecinos hacia los albergues que habilitaron en la Presidencia Auxiliar y en el auditorio de Papalotla, Tlaxcala.
Hasta el momento, resguardan la “Zona Cero”, como la nombró el gobernador Miguel Barbosa, donde realizan la quema controlada de la toma clandestina hasta que salga todo el remanente para que puedan sellar el ducto dañado.