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Conoce la trágica historia de la Casa de los Marranos en el Centro Histórico de Puebla

Su fachada adornada con cabezas de animales ha desatado la curiosidad de más de un peatón

En la fachada de esta casona se pueden observar los marranos | Facebook Carmen Paramo/Leyendas de Puebla
03/08/2023 |10:12
Laura Ruiz
RedactorVer perfil

De entre todos las casonas de siglos que se mantienen en el Centro Histórico de Puebla hay una conocida como La Casa de Los Marranos.

Se trata de un inmueble ubicado en la 3 Norte, entre 6 y 8 Poniente, que da con la parte trasera del antiguo Mercado de la Victoria.

Su peculiaridad es que la parte alta está decorada con cabezas de marranos y animales que parecen ser burros por sus orejas.

Sin embargo, más allá de lo curioso de estos detalles está la leyenda de La Casa de los Marranos, que cuenta una historia de amor trágico.

La misma se ha difundido ahora con la existencia de páginas dedicadas a la historia de Puebla en Facebook, como Puebla Antigua y Leyendas de Puebla.

Algunos internautas recuerdan haberla visto alguna vez en libros de historias de la ciudad y otros más haber escuchado el relato de boca en boca.

Aunque con variaciones, las historias coinciden en que se trató del hogar de un carnicero que al intentar forzar un amor, perdió la vida.

Pedro Mauro Ramos Vázquez en Puebla Antigua


Entre los detalles que se cuentan de este inmueble está que perteneció a Tomás Fuentes y Huesca, quien a mediados de 1521 inició un negocio próspero de venta de carne.

Por ello, construyó su casa adornada con imágenes de cerdos y con el tiempo se hizo de más bienes inmuebles en la entidad, incluida una hacienda en Las Ánimas.

Según la leyenda, fue un hombre viudo y con hijos de su primera esposa, que un día decidió casarse con una joven de 16 años, pese a la diferencia de edad.

La madre de la menor, motivada por el estatus económico del carnicero, forzó esa relación a pesar de la falta de atracción y la condenó a una vida de control.



Se cuenta que en La Casa de los Marranos sólo había sirvientes hombres y que la joven al estar presionada por su marido no podía salir de ahí, por lo que surgieron relaciones fuera del matrimonio.

Según la leyenda, entre los sirvientes con los que ella mantuvo encuentros estuvo un joven mulato de quien se sospecha, quedó embarazada.

Temerosa porque se descubriera la infidelidad con la apariencia del bebé, decidió envenenar al carnicero con el vino que serviría en su fiesta de cumpleaños.

En esta parte, las historias que se cuentan varían sobre la forma como el marido descubrió el plan, si enfrentó o no a uno de los sirvientes de quien sospechó un abuso y la manera como finalmente murió.

Sin embargo, se asegura que la joven quedó viuda y también hay discrepancias sobre si el bebe fue a dar a una a un orfanato.

Además de la leyenda, internautas resaltan que la colocación de esos animales en las fachadas era una práctica de migrantes judíos que llegaron a Puebla de Portugal y que de ello, hay muestras en Tecamachalco y Acatzingo.