Puebla, como toda ciudad, a lo largo de sus casi 5 siglos de historia, ha experimentado un crecimiento urbano significativo.
La zona urbana se ha expandido por todo el territorio municipal, dando lugar a la creación no solo de colonias, sino también de viviendas de diversos tipos, algunas de las cuales poseen características peculiares, como las denominadas quintas.
Las quintas son un modelo de vivienda que aún se puede apreciar en algunas colonias de la ciudad, como Humboldt y Santa María. Generalmente, una quinta es una propiedad con vivienda que solía utilizarse como casa de descanso, ubicada en zonas rurales cercanas a las poblaciones urbanas.
En el caso de Puebla, estas quintas se ubicaron en colonias como Humboldt y Santa María, ya que en su momento los terrenos donde se construyeron formaban parte de la periferia de la ciudad.
La colonia Santa María, situada al norte de la ciudad, alberga hasta la fecha vestigios de algunas quintas. Este modelo de construcción fue en su época un símbolo de abolengo y otorgó a la imagen urbana de Puebla un sello distintivo.
Al recorrer sus calles, aún es posible observar algunas de estas construcciones, a las que solían añadirse nombres, generalmente vinculados a las familias que las habitaban.
La colonia Santa María fue concebida en el año 1929 como un proyecto de vanguardia, ocupando 75 hectáreas del rancho homónimo que colindaba con la carretera federal a Tlaxcala.
En aquel entonces, familias prominentes de la época construyeron sus residencias alrededor de la fuente que adornaba la rotonda central, aunque con el tiempo esta fuente fue retirada.
Las quintas comenzaron a construirse en los primeros años de la década de los años 30 del siglo pasado. Entre los residentes originales se encontraban personajes destacados como Miguel Abed, el licenciado Díaz Fuentes y José Mijares Palencia, quien llegó a ser gobernador del estado. Además de Santa María, en la colonia Humboldt también se erigieron algunas quintas.
Incluso en la zona centro de la ciudad de Puebla existió la quinta Villa Flora, que en octubre de 2016, tras una intervención, comenzó a operar como hotel. A pesar de estar catalogada y protegida como Patrimonio Cultural e Histórico de la Humanidad, la Quinta Villa Flora sufrió modificaciones en su estructura arquitectónica. El Hotel Ikonik se estableció en la antigua quinta.
En 1997, la Villa Flora fue expropiada por el gobernador Manuel Bartlett Díaz con la intención de consolidar el proyecto Paseo de San Francisco, aunque finalmente este proyecto no se concretó. Durante la época de Independencia y la batalla de 1862 contra el Ejército francés, la Quinta Flora se utilizó como un fuerte.
Actualmente, Villa Flora se encuentra ubicada en el Bulevar 5 de Mayo, entre las calles 2 y 4 Oriente.