Los “checadores” de transporte público desempeñan un trabajo fundamental para coordinar y llevar un control de los tiempos de traslado y número de pasajeros que lleva cada unidad.
Pero por desgracia, tienen un ambiente por demás pesado, toda vez que al trabajar a la intemperie sufren las inclemencias del tiempo y, por si fuera poco, están expuestos de manera permanente a la contaminación que genera el paso de los vehículos.
Generalmente, brindan al conductor de la unidad información sobre el tiempo que lo separa de la unidad que pasó previamente a checar y el número de pasajeros que van a bordo.
Asimismo, realizan una anotación sobre el particular, en hojas y libretas que deben entregar, en teoría, a los directivos de las rutas.
Entre sus funciones, están informar a los choferes sobre eventuales conflictos viales u operativos, a fin de que los tomen en cuenta durante su traslado.
Además, deben hacer de “gritones”, por un breve lapso con cada unidad, para que los potenciales pasajeros los aborden.
Independientemente de que, por lo general, cuando una persona los identifica y no sabe qué ruta tomar para dirigirse a su destino, es común que les cuestione y obtenga la orientación que requiere.
Pero, comúnmente, su trabajo es de carácter honorario y aunque deben cumplir con un horario, sus ingresos derivan de las monedas que cada chofer les entrega, por lo que sus percepciones económicas varían.
Algunos “checadores” complementan sus ingresos limpiando los parabrisas o bien esparciendo aromatizante en el interior de las unidades.
Obviamente que sus horarios de comida y el uso de servicios sanitarios por lo regular no existen y tienen que ingeniárselas para salir adelante, en ambos aspectos.
Por otra parte, la labor de los checadores no es bien vista por todos los usuarios del transporte público.
Aunque es usual encontrar a “checadores” en el Centro Histórico de Puebla, hay que destacar que su presencia no está permitida.
El Artículo 265, Fracción XII del Código Reglamentario para el Municipio de Puebla (Coremun), establece que no está permitido hacer base y/o utilización de relojes checadores del transporte en el Centro Histórico.
Y se establece una sanción de 20 a 30 Unidades de Medida y Actualización (UMAs).