Con una misa de cuerpo presente, la mañana de este domingo 9 de abril dieron el último adiós al luchador poblano Raúl “Gorila Osorio”, quien murió el pasado viernes 7 de abril.
Familiares, amigos y seguidores de Francisco Raúl Osorio Hernández acudieron a una funeraria ubicada en la calle Plan de Guadalupe número 428, de San Baltazar Campeche, en esta ciudad, para despedirse.
El poblano murió a los 91 años de edad y se conoció de su partida luego de que los familiares compartieron la noticia en las redes sociales.
"Hoy se va contigo una parte de mi corazón, pero me quedo con tu esencia y sobre todo tu recuerdo. Hasta siempre mi padre, siempre, siempre te voy a recordar como lo que eres un grande, una estrella. Gracias por cada una de tus enseñanzas, gracias por tu ejemplo de amor, gracias por formarme, gracias por ser mi abuelo, pero sobre todo mi padre, gracias porque tu amor alcanzó a tocar todavía los corazones de mis pequeñas y en ellas vivirá también tu recuerdo", publicó su nieta Nancy León.
"Gorila Osorio" nació el 3 de diciembre de 1932 en la ciudad de Puebla y una vez que cumplió la mayoría de edad se hizo luchador, debutando en la Arena Hidalgo.
Medía 1.65 metros, por lo que siempre participó en batallas de peso welter. Fue muy querido por los aficionados y respetado por los rivales.
A la Arena Puebla llegó como un profesional en la década de los 50´s y cada vez que se presentaba tenía abarrotada la plaza, quedando muchos aficionados afuera esperando verlo.
En ese cuadrilátero sostuvo una gran rivalidad con Juan Díaz, luchador que le arrebató la cabellera.
Entre los comentarios que se pueden leer de sus seguidores, tras conocer su partida son:
“El grande entre los grandes de Puebla, profesor y padre no solo para su familia, si no también para quienes teníamos de su saber y su técnica, pero sobre todo por ser semillero de luchadores poblanos”.
“Que Dios te conceda la resignación y a toda la familia Osorio”, “Fue un hombre muy querido que cosechó muchos éxitos profesionales arriba del cuadrilátero de la Arena Puebla y fue un entrenador de nuevas generaciones en el arte del pancracio”.
Su legado como luchador lo dejó en su hijo Héctor Osorio, quien también es entrenador y guía de nuevos luchadores poblanos.
