Con mariachi y una comida se llevó a cabo la celebración a la Santa Muerte, donde los creyentes dejaron una veladora y una ofrenda en el altar de la 9 norte, entre 12 y 14 poniente.
Miles de creyentes poblanos acudieron con solicitudes, como promesas, agradecimientos y cumplimiento de mandas al altar de la Santa Muerte que es ya el segundo más importante a nivel nacional después del que se ubica en Tepito en la Ciudad de México.
Hombres y mujeres de todas las edades acudieron con imágenes de todo tipo de la “Niña Blanca” así como veladoras y aceites aromáticos para elevar sus oraciones conjuntas.
Originada en África, la santería se expandió por gran parte del mundo junto a la migración y tomó tal fuerza que se sigue practicando al día de hoy. Desde el principio, la adoración a la Santa Muerte es una práctica juzgada y rechazada por las personas de otras religiones, pues la creen ligada a brujería y magia oscura.
“En la época colonial, la Iglesia católica vio como una herejía esta veneración hacia la imagen esquelética de la muerte. De acuerdo con documentos inquisitoriales de los siglos XVII y XVIII que pude consultar, las represalias no iban dirigidas a la gente involucrada, sino a la acción en sí, incluso en 1797 se arrasó una capilla en el pueblo de San Luis de la Paz, donde se ejercía este culto”, señaló la antropóloga Katia Perdigón del INAH.
En Ciudad Madero existen dos capillas para la Santa Muerte, una en el sector Fidel Velázquez y otra en la colonia Luna, donde al igual que en otros lugares de la ciudad llevan a cabo las celebraciones a ella, colocando flores frescas y veladoras.
En Puebla el 1º de noviembre a las 16:00 horas los adoradores de esta imagen harán una procesión saliendo desde la 9 norte 1201, entre la 12 y 14 poniente.
Y el 2 de noviembre a las 12:00 del día habrá una misa especial.