Un inmueble que forma parte del paisaje de los poblanos es el de la Fiscalía General del Estado (FGE), ubicada en el bulevar Héroes del 5 de Mayo y la 31 Oriente.
Sin embargo, originalmente no era como lo conocemos en la actualidad, pues el edificio original fue derrumbado en 2012 para contar con una construcción más segura y funcional.
Entre las autoridades se alegaba que la anterior procuraduría tenía daños estructurales que limitaban su uso a pesar de que no se trataba de un edificio de tantos años, pues sólo tenía entre 40 y 50.
Sobre su construcción los aficionados a la historia discrepan en las fechas exactas, algunos sugieren que la construcción comenzó en 1977 y que su uso habría ocurrido casi una década después.
Lo que sí coincide entre ellos es que fue contemporáneo de la construcción de Plaza Dorada, ubicada en contra esquina y que comenzó a operar en 1979.
Del inmueble se recuerdan hechos relacionados con su físico, la impartición de justicia y los tacos que hasta la fecha se pueden comer en la parte trasera.
De acuerdo con los recuerdos, en el inmueble derrumbado existieron unos murales que eran significativos y también se padecían inundaciones.
En ese entonces, llevaba por nombre Procuraduría General de Justicia (PGJ) y también se tramitaban algunos documentos que ahora se emiten en otras oficinas, como la carta de no antecedentes penales.
Del lado de la nostalgia, hay quien recuerda que ahí trabajaron sus mamás, papás o abuelos en actividades que aunque suelen ser criticadas por la sociedad, son necesarias.
El dato curioso de los tacos señala que hubo al menos tres vendedores famosos, los primeros en llegar fueron los de doña Silvia, después los de Julio y luego los de La Güera.
Aunque con los años ha habido cambios en los proveedores, en esencia se han caracterizado por ser de guisado con arroz, de precio accesible y de tamaño suficiente para llenar a un comensal de buen diente.