Chuchita es la habitante más antigua en la ciudad de Puebla que se haya encontrado hasta ahora. Tiene unos 3 mil 500 años según los cálculos de especialistas.
Su osamenta reposa en un espacio subterráneo de una histórica casona que decidió conservar y exhibir sus restos en el mismo sitio donde fue localizada para ser admirada por los visitantes y rendirle una especie de tributo.
Fue en el 2010, en la Casona del Mendrugo –un restaurante y museo muy famoso en la capital- donde fue encontrada la osamenta de la mujer, durante los trabajos de excavación y de rescate de este inmueble.
Las investigaciones arrojaron que esta mujer, a la que se le bautizó ya en estos tiempos como Chuchita, murió a los 60 años de edad, que perteneció a un grupo influenciado por la cultura Olmeca y cuyos descendientes conocieron después a los españoles.
El descubrimiento también arrojó que ella vivía en una comunidad a orillas del río Almoloyan o San Francisco, un valle en el que los ancestros prehispánicos practicaban la agricultura y la observación de astros.
El entierro de sus restos se realizó en su casa, debajo del fogón y con una ofrenda de comida y objetos valiosos como decoraciones y utensilios del día a día.
En posteriores revisiones a su osamenta se pudo identificar que padeció enfermedades accidentales y degenerativas por al menos 20 años de su vida.
Mientras que en su cráneo hay indicios de un fuerte golpe que se cree, pudo estar relacionado con la muerte, aunque en una edad que ya se consideraba una mujer mayor y de respeto en la sociedad.
El entierro de esta osamenta sobrevivió los siglos y también las obras de los primeros españoles en Puebla, que por fortuna fueron superficiales.
Se estima que para 1532 los conquistadores excavaron en esa zona una noria para abastecerse de agua y lo hicieron muy cerca del lugar donde se enterró de Chuchita.
En los estudios sobre la osamenta se determinó que con las obras se desordenaron algunos objetos y se lastimaron restos de sus piernas.
Sin embargo, los españoles no se percataron el entierro humano, concluyeron la noria y los jesuitas establecieron ahí la denominada Casa del Mendrugo.
Fue hasta 2010, cuando el inmueble ya estaba deteriorado, que se emprendió su rescate para un proyecto privado y encontraron la sorpresa de la osamenta.
Actualmente, todo aquél que llega a la Casa del Mendrugo puede visitar a Chuchita y conocer más sobre su historia y este interesante inmueble.