El Ayuntamiento de Puebla, en coordinación con el geógrafo alemán, Bernd Pfannesntein, realizó un diagnóstico de la Huella de Segregación Socio-Espacial, Fragmentación y Funcionalidad Urbana del municipio.
El análisis ejecutivo recabó datos concretos sobre cómo se expresa la desigualdad social a través de la privatización de los espacios públicos y la relegación de zonas marginadas.
La presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, destacó la urgencia de identificar los patrones de desarrollo urbano que han lastimado el tejido social, económico y ecológico de Puebla.
Reconoció que el estudio permitirá la atención de las carencias estructurales, mediante un trabajo articulado entre órdenes de gobierno e iniciativa privada.
La investigación de Bernd Pfannesntein arrojó que, en década y media, las urbanizaciones residenciales cerradas prácticamente se duplicaron: en 2005, se tenían 547 calles o polígonos habitacionales cercados o amurallados y para el 2021, esta dinámica se elevó a mil 22.
Una georreferencia de los mil 481 espacios públicos que existen en la ciudad también evidenció que 863 de estos tienen un acceso restringido –lo que se contrapone con su calidad de público –, 83 son semicerrados y sólo 535 no tienen restricciones.
De igual forma, en la colonia Galaxia Castillotla, el Conjunto Habitacional La Guadalupana y Bosques de San Sebastián se reveló un fenómeno significativo de desuso de casas en estas tres zonas de vivienda social, del 20, 13.7 y 4.4 por ciento, respectivamente.
Para la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad este diagnóstico representa un instrumento base para una planeación futura en la que se minimice la segregación y la fragmentación social.