Alrededor de 120 mil personas participaron en la Procesión de Viernes Santo que se realiza cada Semana Santa en el Centro Histórico de Puebla.
En esta ocasión, las siete imágenes religiosas que recorren las calles estuvieron acompañadas de miles de feligreses de distintas parroquias del estado.
La edición 31 de la Procesión fue encabezada por el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, y por primera vez por el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien aclaró que participó como creyente católico y devoto del Niño Doctor de Tepeaca, imagen con la que inició el trayecto.
También acudieron, el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez; el titular de la Secretaría de Gobernación, Julio Huerta Gómez y Emilio Baños Ardavín, rector de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP).
Antes del inicio del recorrido de las imágenes y las cofradías, el líder de la grey católica en la entidad recordó que esta es una fecha de reflexión para la comunidad de fieles.
“Por eso dispongamos pues nuestro corazón, dispongamos nuestra mente para orar, para meditar en estos misterios que nos dieron vida”, dijo antes del arranque de la Procesión.
Además del recorrido con las imágenes más representativas, las actividades incluyeron el rezo del rosario y las reflexiones que incluyeron una parada en El Gallito de Paseo Bravo.
El Niño Doctor de Tepeaca desde temprano salió de su santuario en ese municipio para ser recibido en el Templo de la Compañía.
Asimismo recorrieron el primer cuadro de la ciudad las imágenes representativas de la Procesión que incluyen al Jesús de la Misericordia, también del Templo de la Compañía; la Virgen de los Dolores del Templo de El Carmen y el Jesús de las Tres Caídas de la Parroquia de Analco.
Asimismo, se incluyó a la Virgen de la Soledad del templo del mismo nombre; al Jesús de Nazareno de la Parroquia de San José y al Señor de las Maravillas del Templo de Santa Mónica y uno de los más venerados en Puebla.
Según las previsiones de organizadores se esperaban unos 120 mil participantes y alrededor de las 15:00 horas, cuando la Procesión regresó a la Catedral de Puebla, no se había reportado ningún incidente de gravedad, salvo el extravío de un menor que ya estaba en custodia de las autoridades.
Durante el paso de los fieles, varias familias apoyaron regalando fruta, agua y comida.
La Procesión de Viernes Santo en Puebla fue una práctica que tuvo su auge en la Angelópolis del siglo 19 y aunque por procesos históricos se perdió, fue retomada en 1992 con actividades que han posicionado a la entidad como referencia de la Semana Santa.