Para muchos mexicanos es conocida la Alhóndiga de Granaditas, que hoy está convertida en el Museo Regional de Guanajuato, pero Puebla también tuvo su alhóndiga que funcionó por muchos años.

En 1626, el regidor Juan de Narváez, solicitó al virrey permiso para hacer alhóndiga en donde pudiera entrar y vender el trigo, harina, maíz, cebada y otras semillas que llegaban a la ciudad para el provecho de ella.

Archivos históricos refieren que para la construcción de la alhóndiga se destinó un terreno a espaldas de los Portales de la Audiencia, hoy denominado Portal Hidalgo.

En las últimas décadas del virreinato la alhóndiga dejó de utilizarse. En las primeras décadas del siglo XIX, con los sitios militares de 1833 y 1834, este lugar volvió a su función original.

Foto: Hotel Alhóndiga
Foto: Hotel Alhóndiga

Según la definición de la Real Academia Española (RAE), una alhóndiga es una casa pública destinada para la compra y venta del trigo. En algunos pueblos sirve también para el depósito y para la compra y venta de otros granos, comestibles o mercaderías que no devengan impuestos o arbitrios de ninguna clase mientras no se vendan.

En Puebla este lugar también sirvió para celebrar un baile de cumpleaños para la emperatriz Carlota, el 7 de junio de 1864, así como también las festividades durante la visita del presidente Porfirio Díaz en 1896.

Su interior fue modificado en considerables ocasiones, permaneciendo únicamente su fachada original elaborada en cantera gris, que también ha sido movida varias veces.

La construcción, que data del siglo XVII, la puedes conocer si caminas por el Pasaje del Ayuntamiento, casi enfrente de la entrada a lo que era el Archivo Municipal.

Foto: Hotel Alhóndiga
Foto: Hotel Alhóndiga
Foto: Hotel Alhóndiga
Foto: Hotel Alhóndiga

Encontrarás el letrero rústico del Hotel Alhóndiga, que el sector turístico le da la categoría de tres estrellas.

Es un hotel pintoresco y discreto que guarda un ambiente antiguo, principalmente en sus áreas compartidas como el vestíbulo, muros y escaleras.



Los administradores cuidaron la decoración y detalles en paredes y techos que lo convierten en el destino perfecto para aquellos huéspedes que deseen disfrutar de unas inolvidables vacaciones basadas en el descanso y en la relajación.

Al mismo tiempo, el visitante se puede dar una idea de la amplitud del sitio que tiene 50 habitaciones, pero que antes sirvió para guardar los granos y semillas que sirvió para alimentar a las familias poblanas y hasta los animales de traspatio que podían comercializar.

Foto: Hotel Alhóndiga
Foto: Hotel Alhóndiga

Si caminas por el Centro Histórico de Puebla no pierdas la oportunidad de conocer este lugar, donde también cuenta con servicio de restaurante para disfrutar de un café o platillos de la gastronomía poblana o simplemente puedes entrar para admirar la construcción.

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