El Teatro Principal es un ícono cultural y un tesoro arquitectónico que ha perdurado a lo largo de los años.
Con una historia que se remonta a siglos atrás, este teatro es reconocido como el más antiguo de América, un monumento vivo que ha sido testigo de la evolución del arte escénico y el entretenimiento.
Este recinto es el espacio teatral activo más antiguo de América, pues data del siglo XVIII y fue conocido antes como Corral de Comedias, después como Antiguo Coliseo y finalmente como Teatro Principal.
De acuerdo con el Sistema de Información Cultural (SIC) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México, este teatro fue el sexto coliseo que se construyó el año de 1759, en un terreno de la Plazuela de San Francisco y fue inaugurado el 1 de enero de 1761.
Este espacio fue testigo de espectáculos de títeres, malabaristas, maromeros y acróbatas e incluso, corridas de toros, las cuales causaron daños en el inmueble.
Sin embargo, años después, en 1902 el inmueble fue dañado por un incendio y cerrado temporalmente.
Pero no cerró sus puertas para siempre, pues fue remodelado y reinaugurado con su nombre actual en 1940, conservando una fuente con los elementos virreinales tan conocidos de la época.
No obstante, al igual que otros recintos, fue restaurado por el arquitecto poblano Miguel Pavón Rivero y reinaugurado el 17 de noviembre de 1960.
Lo más increíble de este teatro es que sigue dando funciones hasta nuestros días, con el pequeño paréntesis provocado por el incendio de 1902.
El teatro actualmente tiene la capacidad para recibir a 658 espectadores, divididos en 586 localidades fijas, 329 asientos en luneta, 168 espacios en platea y 161 palcos.
Su escenario es de estilo italiano y cuenta con una fosa para orquesta con un número de 200 sillas y 7 atriles.
Como dato curioso, el plafón original fue pintado por el famoso pintor Miguel Jerónimo Zendejas, quien plasmó en él las figuras mitológicas de Apolo y Talía y el escudo que Carlos V otorgó a la ciudad de Puebla.
Arriba de esa pintura, con caracteres transparentes y de tamaño suficiente para ser leídos desde lejos, está la inscripción latina que traducida al español significa: “El arte bueno ennoblece a los pueblos”.