Adornado con enormes vitrales estilo art nouveau, el Pasaje del Ayuntamiento, siempre ha sido un espacio comercial con diversos negocios.

Pasear por este pasillo nos hace retroceder en el tiempo, pero pocos conocen la historia y la apariencia original de este importante sitio del patrimonio histórico de Puebla.

Ubicado entre las calles 2 Oriente y Juan de Palafox y Mendoza, el Pasaje del Ayuntamiento o el Pasaje Francés, como otros lo conocen, destaca por sus coloridos vitrales, su bella fachada y por la influencia francesa.

De acuerdo con la Gerencia del Ayuntamiento de Puebla, el pasaje tiene sus inicios en 1536, cuando fue levantado el Primer Ayuntamiento, donde se construyó el cabildo que también era casa del entonces alcalde.

En 1537 se acordó la construcción de dos portales en los solares del Ayuntamiento. Uno de éstos fue nombrado Portal de la Audiencia y ahora es conocido como Portal Hidalgo.

Posteriormente, el Pasaje del Ayuntamiento fue construido para separar el Ayuntamiento de dicho portal.

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Desde su construcción, el pasaje era utilizado por los regidores y la gente del mercado.

Con el paso del tiempo, este callejón recibió varios nombres, como, por ejemplo, Callejón de la Carnicería, ya que en ese tiempo ahí se vendía únicamente carne; Callejón de la Alhóndiga, donde se vendía trigo, harina, maíz y cebada o Callejón de la Cárcel, por la prisión del Ayuntamiento, entre muchos otros nombres.



Una fotografía de Puebla Antigua de 1884, muestra que el pasaje del ayuntamiento aún estaba sin techar y a su lado derecho se encontraba el Teatro Guerrero y el Palacio Municipal.

De acuerdo con datos históricos, fue hasta 1901 cuando comenzaron a hacerle remodelaciones y colocar el techo de cristal.

El encargado de importar los cristales franceses fue Claudio Tranquilino Pellandini, quien también se encargó de decorar los vitrales del Salón de los Embajadores de Palacio Nacional, los del Castillo de Chapultepec, entre otros.

En 1909, debido a un incendio, fue destruido el Teatro Guerrero, el cual estaba a un lado del Pasaje. El siniestro afectó a todos los comercios que estaban cerca, incluso puso en peligro el Archivo Histórico Municipal, pero fue salvado heroicamente por Eduardo Gómez Haro.

El teatro permaneció en ruinas durante muchos años, hasta 1928, cuando el empresario Jesús Cienfuegos reconstruyó el Cine Guerrero, que hoy funciona como Teatro de la Ciudad.

Actualmente, este corredor ya no es un mercado como antes solía ser. Ahora puedes encontrar locales de artesanías, restaurantes y hasta zapaterías.

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