Por lo menos una vez a la semana, comer fuera de casa se vale y no necesariamente tienes que ir a un restaurante ya que en la calle existe una gran variedad de puestos que ofrecen antojitos para todo tipo de gusto y a cualquier hora.
Así como hay chalupas, pelonas, molotes, esquites, memelas y tortas de tamal, también hay platillos que no todo el mundo está dispuesto a comer. Pero para eso estamos aquí, para eliminar barreras y prejuicios, así que dale una oportunidad a cada uno de estos platillos fuera de lo ordinario y que puedes encontrar en Puebla.
Antes de que pongas caras, si aún no los conoces, léete esta nota y sabrás de lo que te has perdido.
Pasar por la rosticería y no pedir unas cabecitas o pescuezos de pollo, es una gran falta pues, aunque sea una sola vez, todos deberíamos probar esta delicia. Los pescuezos de pollo son un antojito muy económico que se acompaña con salsa Valentina o botanera y limón.
Para los amantes de cada parte del pollo, las patitas resultan deliciosas y aunque no lo creas saludables.
Las patas de pollo son una rica fuente de colágeno, por lo que al consumirlas ayudamos a cuidar la salud de la piel, mejoran la función de los cartílagos y combaten problemas como artritis y dolores de las articulaciones. Así que antes de hacerles el feo, ve todos los beneficios que aportan.
Uno de los antojitos que, literal, puedes encontrar en cualquier parte y hasta tú mismo los puedes hacer. Su preparación no tiene mucha ciencia, pues solo necesitas chicharrón de harina, cueritos, jitomate, lechuga, mayonesa o crema, queso añejo y aguacate.
La Maruchan es la comida favorita de muchos poblanos, ya sea por su accesible precio, sabor o practicidad, pero ahora imagínate fusionarla con papas y esquites. Uff, así como lo lees, esta mezcla se ha convertido en el antojito preferido de varios poblanos, pues muchos locales de esquites ya lo ofrecen en su menú.
Tal y como su nombre lo dice son tacos de ojo de vaca. Bueno, no te espantes, ya que comúnmente se sirven con cabeza bien picadita. Los taqueros de corazón te dirán que su sabor es exquisito, acompañado de limón y salsa. Eso sí, la textura cartilaginosa no es apta para melindrosos.
Las momias son salchichas de pavo envueltas en una tortilla de harina y enrolladas con tocino. Estas banderillas se pasan por la freidora para después acompañarlas de queso y papas fritas. Este antojito lo puedes disfrutar en las calles del centro histórico, con un buen vaso de agua de sabor.
Tal vez el nombre te haga sentir zombi, pero nada que ver. No hay mucho secreto en su preparación, pues son tacos dorados rellenos de epazote, chiles y su buena cabeza de sesos de res o de cerdo.
Estos los puedes encontrar donde vendan carnitas o en carnicerías.
Una de las botanas favoritas de los poblanos, comúnmente están preparados con cueritos de cerdo, cacahuate japonés, gomitas, pepino, zanahoria y jícama rayada, además de limón y salsa botanera, digamos que son muy similares a los chicharrones preparados.
De acuerdo con el Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, la moronga es conocida por ser un embutido de sangre coagulada, principalmente de cerdo, mezclada con grasa, condimentos y especias.
Se come en tacos, sola o acompañada de alguna salsa, aunque es polémico este platillo, algunos consideran que su olor es fuerte, pero su sabor es único. En Puebla puedes encontrar este platillo en la mayoría de los mercados.
Son una especie de orugas o larvas de mariposa que crecen en los árboles, este platillo es común durante la feria de Cholula y temporada de lluvias, para ser más precisos durante los meses de septiembre y octubre. Se preparan asadas y las sirven en tacos con guacamole.