Las banderas moradas se alzaron y hondearon entre las cientos de mujeres que gritaron: “ni una más ni una asesinada más en Puebla”.
En sus consignas, durante la manifestación por el Día Internacional de la Mujer, expresaron su sentir, su angustia, preocupación y desesperación para que frenen las agresiones contra este sector de la población.
“Hoy no estamos todas porque desde la tumba no se puede gritar”, portó en su cartulina una menor de edad quien iba en el contingente, exigiendo justicia.
El grupo feminista que marchó de manera pacífica, Mujeres Unidas de Puebla, estuvo conformado por jóvenes universitarias.
Las chicas de todas las edades avanzaron sobre el bulevar 5 de Mayo desde la Fiscalía General del Estado (FGE) hacia inmediaciones de Casa Aguayo, donde el inmueble estuvo blindado por vallas y elementos de seguridad que les impidieron el paso.
“Quien fuera estatua para que el estado las proteja”, fue otro de los mensajes que lanzaron las feministas, luego de que el gobierno del estado resguardó los inmuebles gubernamentales en el Centro Histórico de Puebla.
Reiteraron que, ante los feminicidios en la entidad, la policía no las cuida sino que las protegen sus propias amigas.
“Yo no renuncié a mi hija, me la quitaron”, escribió una madre de familia en exigencia de justicia por la joven Ivanna.
La otra protesta
Este 8 de marzo también se realizaron otras marchas de grupos extremistas.
Desde la Fiscalía General del Estado partió el colectivo Radical Feminista, quienes a su paso vandalizaron las estaciones de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) y monumentos.
Algunas de ellas portaron marros, martillos, picahielos y aerosol.
En su camino también pintaron varios negocios, los cuales tuvieron que bajar sus cortinas para evitar mayores daños.
En un primer acto, el contingente pasó por el Palacio Municipal de Puebla, zócalo, Catedral y llegó hasta el Congreso del estado, sin mayores actos.
Sin embargo, a su retorno al primer cuadro de la ciudad y al encontrarse con otra manifestación que partió del Paseo Bravo, se unieron y causaron destrozos frente al Palacio.
Ahí, derribaron la protección de madera que cubría la maqueta monumental de la ciudad, la cual también sufrió daños.
Al final, las feministas realizaron cantos y bailes sobre las avenidas Juan de Palafox y Mendoza y la 2 Sur.